El avance
del nacionalismo autoritario
El
nacionalismo autoritario avanza posiciones en los Gobiernos y Parlamentos de
todo el mundo. En relación con este proceso, están surgiendo múltiples
respuestas al cambio climático. Para analizar este escenario, es importante
tener en cuenta cuál es el contexto socioeconómico de partida.
Tras las
crisis de 2008, las políticas de austeridad económica desmantelaron de manera
desigual los estados del bienestar, que se demostraron impotentes frente a las
dinámicas financieras globales. Los mecanismos de integración social quedaron
debilitados; la precariedad hizo perder relevancia al trabajo como garante de
derechos sociales y la confianza en un horizonte futuro de progreso social
quedó quebrada. La ilusión de resolver las fricciones sociales a través de la
democracia liberal, el mercado y la redistribución de la riqueza dejó de operar
como antes.
El auge
del negacionismo populista
A pesar del
amplio apoyo social al reconocimiento de la emergencia climática, el avance de
las formaciones nacionalistas autoritarias supone un riesgo para la
implementación de políticas ambiciosas de transición energética y adaptación al
cambio climático. Aunque prácticamente la totalidad de estas formaciones se
oponen a las políticas climáticas, tienen un discurso relativamente
heterogéneo. Sus discursos, en muchas ocasiones, son explícitamente
negacionistas y cuestionan el consenso científico sobre la existencia del
cambio climático antropogénico, pero también existen narrativas negacionistas
más ambiguas. Estas se centran en enfatizar la injusticia social y económica
que supone la acción climática, cuestionar su utilidad y minusvalorar los riesgos
climáticos. Las formaciones nacionalistas autoritarias también han incorporado
el uso de una retórica populista para socavar la percepción social de que el
cambio climático es un problema legítimo que exige respuestas (Schaller y
Carius, 2019). Este negacionismo populista, que asocia las políticas climáticas
a intereses elitistas, supone una novedad respecto a los enfoques de las
últimas décadas.
A finales del
siglo xx, eran frecuentes los discursos negacionistas que cuestionaban
explícitamente las evidencias del cambio climático antropogénico (McCright y
Dunlap, 2000). Sin embargo, este negacionismo sufrió un declive y prácticamente
se volvió residual, ya que la negación del cambio climático antropogénico fue
cada vez más difícil de defender (Heras, 2013). Pero los discursos
negacionistas, más que desaparecer, se adaptaron para ser más aceptables (Heras,
2013). Entonces surgieron nuevos negacionismos con estrategias más
sofisticadas para desproblematizar este fenómeno. En su mayoría, estas nuevas
posturas reconocen la existencia del cambio climático, su carácter
antropogénico y el consenso científico en torno a su constatación, pero aun así
son capaces de rebajar el nivel de ambición de las políticas y retrasar la
reducción de emisiones.
Actualmente la
retórica populista del negacionismo climático cuestiona la validez del consenso
científico apelando al pueblo, cuya soberanía nacional amenazarían los acuerdos
internacionales y los lobbies climáticos (Schaller y Carius,
2019). Es decir, la acción climática sería una preocupación de unas élites
liberales que se oponen al estilo de vida de la gente común, la cual, de una u
otra manera, depende de los combustibles fósiles.
Santiago
Abascal, presidente del partido español Vox, afirmó en octubre del 2019: «Con
la excusa del cambio climático, lo que están haciendo es restarnos libertad,
decirnos qué tenemos que comer, que debemos tener menos hijos […], que no
tenemos que andar en coche».[1] Poco después, volvió a declarar (Bocanegra, 2020):
A todos los
españoles que están sufriendo les echan la bronca y los culpan de la emergencia
climática, una emergencia climática que quieren que paguen los españoles más
humildes, mientras Bruselas sigue facilitando la competencia desleal de
productos extracomunitarios [… ]. Una emergencia climática que utilizan como
excusa para destruir lo poco que va quedando de nuestra industria nacional.
Desde la
perspectiva negacionista propia de este tipo de discursos nacionalistas
autoritarios, la emergencia climática sería una certidumbre cultural que ofrece
el Estado como terapia social ante la disgregación de las identidades
tradicionales, religiosas, nacionales y familiares. La emergencia climática
sería el resultado de una victoria cultural, impuesta a través del consenso de
lo políticamente correcto. Esta victoria permitiría desarrollar políticas
intervencionistas, globalistas, progresistas y multiculturales que supondrían
una amenaza desde perspectivas nacionalistas, conservadoras y racistas.
La estrategia
de este nuevo negacionismo consiste en polarizar el debate sobre el cambio
climático e identificar las políticas climáticas con la izquierda. Esto pone al
centro derecha frente a una disyuntiva: desplazarse hacia posiciones más
radicales o compartir espacio político con la izquierda. En el primer caso, se
ampliarían los márgenes de lo políticamente aceptable al normalizarse enfoques
hasta el momento marginales. En el segundo caso, se conseguiría monopolizar la
oposición a las posturas de izquierdas.
Aunque
presenta limitaciones a corto plazo, este discurso podría condicionar a los
demás actores para ampliar la legitimidad del negacionismo. En un contexto de
malestar social, discursos inicialmente minoritarios como el negacionismo
populista pueden llegar a conectar con la población.
El
nacionalismo climático
Mientras los
negacionismos cumplen su función de bloquear las políticas climáticas, existe
una tendencia nacionalista cuyo objetivo es alinear la crisis climática con el
desarrollo de políticas reaccionarias (López, 2019).
Ante las dificultades del negacionismo para seguir bloqueando las políticas que
emanan de evidencias científicas, y dadas las limitaciones del mercado global
para generar gobernabilidad y paz social en el contexto de una crisis provocada
por la diferencia entre el rendimiento del capital y el crecimiento económico
(Piketty, 2013), el nacionalismo autoritario propone un modelo de gobierno que
permitiría gestionar el colapso mediante la explotación de las diferencias
sociales.
Aunque la
crisis de 2008 demostrase que, en términos soberanos, los Estados tienen
enormes limitaciones frente a los procesos globales, lo cierto es que estos son
espacios políticos centrales y están reescribiendo sus alianzas. En este
sentido, el auge de los nacionalismos autoritarios ofrece un escenario futuro
de autarquías que surgirían tras un proceso de desglobalización. Este tipo de
nacionalismo propone un nostálgico regreso al pasado, la vuelta a un viejo
Estado fuerte que garantice a una clase nacional la pertenencia a una comunidad
homogénea, estable, segura y, en ocasiones, más verde. Ante la supuesta escasez
de recursos para todas las personas, desarrollaría mecanismos de integración
social bajo el paraguas del Estado, a través de la lucha entre pobres y el
enfrentamiento interno.
En este
contexto, algunas formaciones europeas nacionalistas autoritarias están girando
desde posiciones negacionistas hacia posiciones más cercanas a la defensa del
medioambiente, de modo que el ecologismo deje de percibirse como una lucha
inherente y necesariamente progresista (Aronoff, 2019). La integración de elementos ecologistas formaría parte de una
renovación del proyecto conservador que daría protagonismo a ciertas cuestiones
ambientales, o al menos las conectaría con el resto de su agenda política.
Estos proyectos
pretenden integrar el ecologismo y el conservacionismo ambiental en el proyecto
conservador a través de una apuesta por el localismo, el consumo de proximidad,
el arraigo a la tierra y la preservación de los paisajes y actividades
tradicionales.
Marion
Maréchal (2020), miembro del partido francés Agrupación Nacional y diputada de
la Asamblea Nacional Francesa, habló así en la Conferencia de Conservadurismo
Nacional. en Roma: «Preservar nuestros territorios, nuestra biodiversidad,
nuestros paisajes debería ser la lucha natural de los conservadores. […] No
quiero elegir entre los histéricos seguidores de Greta y los climaescépticos
que niegan el daño causado por un modelo ultraproductivista y por la
obsolescencia planificada».
Por otro lado,
la cuestión de la migratoria tiene una importancia central en la política
nacionalista autoritaria. En este sentido, algunas formaciones comienzan a
relacionar el cambio climático con la migración y se oponen a reconocer el
derecho al asilo a los refugiados climáticos (Schaller y Carius, 2019). Hervé
Juvin (2019), diputado del Parlamento Europeo por el partido Agrupación
Nacional, lo justifica así:
Cada ser
humano comparte la responsabilidad del territorio en el que ha nacido, al que
pertenece. Lo ha recibido de las generaciones pasadas y se lo debe a las
generaciones futuras, más hermoso, acogedor y próspero. La idea del derecho
individual a la movilidad es la mayor amenaza para cualquier sistema ecológico
sostenible, especialmente para Europa. El tesoro de la diversidad cultural
viene de la necesidad que siente cada sociedad humana de adaptarse al clima, a
la geografía, a las especies endémicas y a la naturaleza que le fue dada. […]
Las migraciones masivas, el turismo masivo y el compromiso obligatorio con el
multiculturalismo son la mayor amenaza para el suelo, el clima y la
biodiversidad de Europa.
Existen otros
ejemplos de cómo la crisis climática se enmarca bajo esta perspectiva. Ante una
noticia de La Stampa que resumía las conclusiones de un
informe sobre migración climática en 2050 elaborado por el Banco Mundial, el ex
primer ministro italiano Matteo Salvini tuiteó: «Es una locura explotar un tema
serio como el medioambiente para legitimar la inmigración ilegal» (Schaller y
Carius, 2019). En Austria —donde gobierna una coalición de conservadores
liberales y ecologistas tras pactar un acuerdo que incluía nuevos impuestos a
las emisiones de carbono y políticas antinmigración—, el Partido de la Libertad
de Austria hace planteamientos similares: «El cambio climático nunca puede
llegar a ser una justificación reconocida para el asilo. [Si el mensaje se
difunde] Europa, incluida Austria, será inundada por millones de refugiados
climáticos» (Schaller y Carius, 2019).
Las
formaciones nacionalistas autoritarias, conscientes del rechazo que generaban,
han modulado su discurso para ser menos beligerantes. Habitualmente asumen la
integración de población migrante siempre que se incorpore a la identidad
cultural nacional. Pero su vinculación de la seguridad nacional con la protección
frente a las amenazas externas encarnadas en la inmigración pone de manifiesto
una concepción homogeneizadora de la nación. Por ello, aunque las respuestas
autoritarias respecto al cambio climático aún están poco desarrolladas
(Schaller y Carius, 2019), existe un riesgo de que el aumento de migraciones
climáticas se aproveche para implementar políticas excluyentes y xenófobas, con
el pretexto de que las fronteras serían el mejor aliado para mitigar los
impactos del cambio climático sobre la población nacional (Martínez, 2019).
Conclusión
En lo que se
refiere a la crisis climática, hoy existen dos procesos en auge asociados al
avance de las formaciones nacionalistas autoritarias. Por un lado, se ha
incorporado una retórica populista a la estrategia negacionista del cambio
climático y, por otro lado, algunas de estas formaciones están desarrollando un
repertorio discursivo y político para afrontar la crisis climática con una
postura xenófoba. En un contexto de malestar social y en un mundo globalizado,
existe el riesgo de que estos procesos canalicen los temores, la incertidumbre
y el resentimiento producidos por la debilidad relativa del Estado en relación
con la inacción climática y la exclusión social.
Referencias
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Environmental Turn». Dissident (31 de mayo). Disponible en:
https://www.dissentmagazine.org/online_articles/the-european-far-rights-environmental-turn,
consultado el 11 de febrero de 2020.
Bocanegra, J.,
2020. «Vox se erige como alternativa en lugar del PP: “Van al 8-M para que no
les llamen fachas”». El Confidencial (8 de marzo). Disponible
en:
https://www.elconfidencial.com/espana/2020-03-08/vistalegre-vox-abascal-feminismo-8m_2486991,
consultado el 20 de marzo de 2020.
Heras
Hernández, F., 2013. «La negación del cambio climático en España:
percepciones sociales y nuevos tratamientos mediáticos». En: R. Fernández Reyes y R. Mancinas-Chávez
(comp.), Medios de comunicación y cambio climático. Sevilla,
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Juvin, H., 2019. «Ecology and Human Survival: The
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2020. «Convention nationale des municipales 2020: Discours de clôture de Marine
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https://rassemblementnational.fr/videos/convention-nationale-des-municipales-2020-discours-de-cloture-de-marine-le-pen,
consultado el 28 de abril de 2020.
López,
X., 2019. «Leviathan in Interiore Green New Deal». La U. Revista de Cultura y de Pensamiento (7 de noviembre). Disponible en:
https://la-u.org/leviathan-in-interiore-green-new-deal, consultado el 10 de
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Maréchal, M., 2020. «The Faces of National
Conservatism». The European Conservative. A Journal of Western
Renewal (27 de febrero). Disponible en:
https://europeanconservative.com/2020/02/the-faces-of-national-conservatism,
consultado el 20 de marzo de 2020.
Martínez, L.,
2019, «Extrema derecha y crisis climática. El riesgo del nacionalismo
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McCright, A. M., y R. E. Dunlap, 2000.
«Challenging Global Warming as a Social Problem: An Analysis of the
Conservative Movement’s Counter-Claims». Social Problems, 47, pp. 499-522.
Piketty, T.,
2013. El capital en el siglo xxi. Madrid, Fondo de Cultura
Económica de España.
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y A. Carius, 2019. «Convenient Truths: Mapping Climate
Agendas of Right-Wing Populist Parties in Europe». Disponible en: https://www.adelphi.de/en/publication/convenient-truths, consultado el 10 de enero de 2020.
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2019. «La globalización 4.0 nos ayudará a enfrentar el cambio climático. Aquí
le mostramos cómo». World Economic Forum (24 de enero). Disponible
en: https://es.weforum.org/agenda/2019/01/la-globalizacion-4-0-nos-ayudara-a-enfrentar-el-cambio-climatico-aqui-le-mostramos-como,
consultado el 11 de febrero de 2020.
30 de julio de 2020
Alberto Martín Sánchez*
* Alberto Martín Sánchez colabora con Ecologistas
en Acción. Email: al.martin.san@gmail.com.
[1]. «Santiago Abascal: “Con la excusa del cambio climático nos están
restando libertad”». La Vanguardia (10 de noviembre de 2019).
Disponible en:
https://www.lavanguardia.com/politica/20191110/471440010504/santiago-abascal-elecciones-generales-2019-vox-cambio-climatico-libertad-video-seo-ext.html,
consultado el 11 de enero de 2020.

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