lunes, 30 de agosto de 2021

Un atlas interactivo para mostrar cómo sería el planeta con un calentamiento de 4 grados - Manuel Planelles y Mariano Zafra


Un grupo de investigadores españoles diseña para el IPCC una pionera herramienta para visualizar la evolución de la crisis climática y los impactos futuros

Un equipo de científicos españoles vinculados al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha sido el encargado de elaborar el gran atlas interactivo del cambio climático para el IPCC, el grupo de investigadores internacionales de la ONU que acaba de publicar un informe que alerta de la dureza de la situación de emergencia en la que está la humanidad. Es la primera vez que el IPCC desarrolla una herramienta de este tipo para ponerla a disposición de cualquier ciudadano del mundo. El atlas contiene una enorme cantidad de información sobre los efectos regionales de la crisis climática y, lo que es más destacado, sobre las proyecciones para las próximas décadas en función del nivel de calentamiento al que se llegue y de la zona en la que se viva.

El objetivo es mostrar los “futuros mundos posibles”, explica José Manuel Gutiérrez, director del Instituto de Física de Cantabria y coordinador de este atlas en el que han participado 20 investigadores del CSIC y de la empresa tecnológica especializada en cambio climático Predictia. El proyecto, que ha tenido un coste de medio millón de euros, ha sido financiado íntegramente por el CSIC, depediente del Ministerio de Ciencia español. Gutiérrez resalta que es un ejemplo de simbiosis público-privada que ha dado como resultado un instrumento “único” en el mundo, debido a la gran cantidad de datos que se ofrecen y por el desarrollo realizado para poder visualizar esos futuros “mundos posibles”.

Tras décadas de emisiones de gases de efecto invernadero por parte de la humanidad, el proceso de calentamiento global del planeta no se puede revertir en estos momentos, según ha recordado este lunes el IPCC en su informe. Estos gases —el principal de ellos es el dióxido de carbono— permanecen durante centenares de años en la atmósfera, por lo que aunque se detuvieran repentinamente las emisiones el calentamiento no se pararía inmediatamente. Lo que se intenta ahora con el Acuerdo de París es que el proceso se ralentice para que el aumento de las temperaturas se quede dentro de unos límites asumibles para el ser humano.

El margen de seguridad admitido por todos los países cuando se firmó en 2015 el pacto climático en París está en un incremento de la temperatura media del planeta de dos grados respecto a los niveles preindustriales —es decir, la media del periodo comprendido entre 1850 y 1900—. Y en el pacto se añadió que, en la medida de lo posible, se debía intentar dejarlo por debajo de los 1,5 grados.

En estos momentos, el incremento de la temperatura media del planeta está rondando ya los 1,1 grados respecto a los niveles preindustriales. Si la humanidad no da un giro radical a sus emisiones y sustituye los combustibles fósiles por las fuentes renovables para generar la energía, el planeta se encamina hacia un calentamiento de más de cuatro grados.

Un aumento de uno, dos o hasta cuatro grados puede parecer algo asumible sin problemas, pero esas cifras se refieren a la media de las temperaturas continentales y de los océanos, que ocupan la mayor parte del globo y que se calientan a un menor ritmo e intensidad que las zonas de tierra. Precisamente, el atlas interactivo sirve para mostrar qué ocurrirá en las diferentes partes del planeta con esos escenarios de calentamiento, que dependerán en gran medida del nivel de emisiones de gases de efecto invernadero de la humanidad. Cuanto más se recorten esos gases y más rápido se haga el incremento de la temperatura media será menor, según apuntan los diferentes modelos sobre la evolución de la crisis climática.

El atlas emplea varios modelos de predicción para estimar la evolución durante este siglo del cambio climático y multitud de variables, como las temperaturas medias, los extremos de calor, las variaciones en las lluvias, el incremento del nivel del mar... Lo hace para varios escenarios de calentamiento: 1,5 grados, dos, tres y cuatro. Además de la gran cantidad de variables y de modelos, Gutiérrez destaca la posibilidad que se ofrece de poder visualizar esos impactos del cambio climático por regiones. En el caso de Europa, por ejemplo, se ofrecen datos concretos para el norte, el centro y la cuenca mediterránea, una de las regiones que va a sufrir más algunos de los impactos más duros de esta crisis climática.

El informe del IPCC establece que “independientemente de los niveles futuros de calentamiento global, la temperatura aumentará en todas las zonas europeas a un ritmo superior” al de la media del planeta, como ya ha ocurrido hasta ahora. Además, “la frecuencia e intensidad de los extremos de calor, incluidas las olas de calor marinas, han aumentado en las últimas décadas y se espera que sigan aumentando independientemente del escenario de emisiones”. Asimismo, “la frecuencia de los periodos de frío y los días de heladas disminuirá para todos los escenarios y horizontes temporales”.

En el centro de Europa, los modelos de evolución climática empleados para este atlas prevén un incremento de “las inundaciones pluviales” a partir de un calentamiento de 1,5 grados. Ya se ha observado una “tendencia creciente” en las inundaciones en las zonas próximas a los ríos, algo que se intensificará todavía más a partir de los dos grados de calentamiento global. Por el contrario, en la zona del Mediterráneo se ha observado ya un incremento de “las sequías hidrológicas y agrícolas”. Y se pronostica un crecimiento de la superficie árida y de los incendios a partir de los dos grados de calentamiento.

Herramienta interactiva

Uno de los principales valores de este atlas es la posibilidad de generar mapas globales y regionales con la información revisada por el IPCC que ha generado el conocimiento científico en las últimas décadas. En el anterior gran informe de este grupo de trabajo —el quinto, publicado en 2013— se incluyó un capítulo con un atlas impreso. Pero “la información que contenía era muy limitada al ser impreso”, recuerda el coordinador de esta iniciativa. Por eso, cuando empezaron los trabajo de preparación para el sexto informe, Gutiérrez propuso que en esa ocasión se optara por una herramienta interactiva. “Era imposible recoger toda la información en un atlas estático; cada vez hay más datos sobre el cambio climático y la forma de procesarlos tiene que adaptarse”, remacha este investigador. Por ejemplo, para el sexto informe los investigadores seleccionados han revisado alrededor de 40.000 artículos científicos relacionados con el calentamiento global.

Gutiérrez y el equipo del Instituto de Física de Cantabria ya realizaron un visor similar solo para España enmarcado en el plan nacional de adaptación al cambio climático. “Ahí fue cuando sentamos las bases para el atlas interactivo del IPCC”, detalla. En este caso, la herramienta que se presenta ahora estará “congelada”, es decir, no se irá actualizando a medida que se publiquen nuevos trabajos y modelos de evolución del calentamiento hasta que se elabore el séptimo informe, para lo que todavía falta al menos un lustro. Pero Gutiérrez explica que su equipo está ya en conversaciones con algunas instituciones, como el proyecto Copernicus de la Comisión Europea, para darle continuidad a este atlas mundial que tiene el sello made in Spain.

MANUEL PLANELLES

|MARIANO ZAFRA

MADRID - 09 AGO 2021 - 06:16 GMT-4

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