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"Ambición, ambición y ambición". Es el mensaje apremiante con
el que el secretario general de la ONU, António Guterres, espera recibir el
lunes a los representantes de 200 países que acudirán a la Cumbre del Clima de Madrid. Las emisiones
siguen aumentando a escala global, los compromisos nacionales son insuficientes
y avanzamos hacia un aumento de las temperaturas de 3,2 grados si
persiste la tendencia actual, con más sequías, más incendios, más
inundaciones y más episodios de clima extremo.
"Fallamos colectivamente a la hora de actuar y ahora nos
vemos obligados a un corte profundo en las emisiones, del orden del 7% anual,
si queremos estabilizar la situación en la próxima década", advierte Inger
Andersen, directora del Programa Ambiental de la ONU (UNEP). "Los países
no pueden esperar hasta el 2020. Tienen que empezar ahora para recuperar todo
el tiempo perdido. Si no lo hacemos, el objetivo de un aumento de las
temperaturas de 1,5 grados en el 2030 puede quedar fuera de nuestro
alcance".
La COP25 servirá, pues, para espolear a los Gobiernos a pisar el
acelerador, revisar a fondo las contribuciones determinadas a nivel nacional
(NDC) e impulsar la meta de un planeta de cero emisiones en el 2050.
Todo ello en un trasfondo político y social distinto al de la conferencia que
allanó el camino al Acuerdo de París. La ola del activismo climático
librará un pulso con el populismo en las calles de Madrid en 13 días que harán
historia.
EL CONTEXTO SOCIAL Y POLÍTICO
Algo ha cambiado radicalmente en el último año: el activismo del clima
ha dado la vuelta al mundo. Movimientos como Fridays for Future (Juventud
por el clima, en español) impulsado por Greta
Thunberg, o Extinction Rebellion (Rebelión contra
la extinción), surgido en Reino Unido, han elevado la presión social sobre la
clase política. Y todo a pesar de la ola de populismo encabezada por Donald
Trump y Jair Bolsonaro, que han servido para dar alas al negacionismo e
intentar forzar una marcha atrás. En la Cumbre de París, la bestia negra fue
Arabia Saudí; en Madrid se espera que sean Brasil (con la Amazonia como punto
caliente) y Estados Unidos (con el contrapunto de California y las grandes
ciudades).
DE SANTIAGO A MADRID
Los disturbios sociales y la represión policial forzaron
la retirada de Chile y el ofrecimiento del Gobierno español
para acoger la COP25 en Madrid. El país suramericano mantiene, sin embargo, la
presidencia y es coanfitrión, junto con España. Es la segunda vez que dos
países comparten la organización de una cumbre del clima: Fiji acogió la COP23,
que se celebró en Bonn (Alemania) por la falta de infraestructuras en su
capital, Suva.
EL GIRO AZUL
Los océanos, que absorben hasta el 80% del CO2 emitido a la atmósfera, han sido hasta
ahora los grandes marginados en el debate del clima. El reciente informe del
IPCC -alertando sobre la acidificación de las aguas, la desaparición del hielo,
la erosión de las costas y el posible aumento del nivel del mar de 30 a 60
centímetros en el siglo XXI- ha recordado la urgencia del tema. La ministra de
Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, anunció su intención de darle
un giro azul a la cumbre por el carácter eminentemente marítimo del
país organizador. "Esperemos que la COP25 siga manteniendo el foco sobre
los océanos a pesar del cambio de sede", advierte Rémi Parmentier,
coordinador de la iniciativa Because the Ocean, que acoge a 30
países (entre ellos, Chile y España). La ministra de Transición Ecológica en
funciones de España, Teresa Ribera, se ha comprometido a recoger el testigo.
Un 'runner' corre por el lecho seco del
embalse de Riaño en 2017.ALBERTO DI LOLLI
CERO EMISIONES EN EL 2050
La adhesión a los planes de neutralidad de carbono para el 2050 será una
de las prioridades de la COP25. La Alianza para la Ambición Climática, liderada
por Chile y la ONU, fijó el objetivo de cero emisiones netas de carbono
a mediados de siglo y cuenta ya con 67 países adheridos (entre ellos, España),
un largo centenar de ciudades y 87 grandes compañías. Los anfitriones esperan
duplicar el número de adhesiones durante la cumbre de Madrid, pero la tarea no
será fácil. En la UE, sin ir más lejos, ha surgido ya un grupo de resistencia
al objetivo, liderado por Polonia, Hungría y la República Checa. El
informe Brown to Green marca por otra parte el camino de
transición hacia una economía descarbonizada en los países del
G20, responsables, del 78% de las emisiones.
1,5 GRADOS
En la cumbre de París del 2015, 195 países se comprometieron a tomar
acciones concretas para "mantener el aumento de la temperatura media
mundial muy por debajo de los 2 grados con respecto a los niveles
preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de
temperatura a 1,5 grados". En la cumbre de Madrid, el foco estará centrado
en el objetivo de 1,5 grados, a la luz de la nueva evidencia científica y ante
la presión de los países más afectados por el cambio climático, para
los que la diferencia de medio grado equivale simplemente a la supervivencia.
Estados Unidos, Arabia Saudita, Kuwait e Irán ya han puesto sin embargo
objeciones para que el informe seminal de los 1,5 grados del IPCC pueda ser
incluso debatido en las negociaciones políticas. Según las proyecciones de la
ONU, de proseguir la tendencia actual de emisiones del planeta se calentaría
1,5 grados entre el 2030 y el 2052.
EL CARBÓN
El 2019 será el año que registre la mayor caída en la generación de
energía con carbón de la historia, según un reciente análisis de la web
británica Carbon Brief. El Reino Unido ha celebrado este año el hito de
la primera semana sin carbón desde la Revolución Industrial. El
cierre de las minas de carbón en España también se considera un sustancial
avance. En Europa del Este persiste sin embargo una fuerte dependencia del
carbón, cuyo uso ha subido también en Alemania tras la decisión del cierre
de las centrales nucleares. Por su parte China ha ganado en los dos últimos
años 43 gigavatios de capacidad en nuevas centrales eléctricas de carbón. Pese
al liderazgo mundial en casi todas las fuentes renovables, el gigante asiático
sigue apostando al mismo tiempo por la energía más sucia para abastecer la gran
demanda de su población, un dilema al que también se enfrenta India y que este
año se ha manifestado con especial crudeza en la altísima contaminación
registrada en las megalópolis asiáticas.
EL PETRÓLEO
La producción de petróleo, gas y carbón estimada de aquí al 2030 es el
doble de que lo que se puede quemar si se quiere limitar el ascenso global de
temperaturas a 1,5 grados. Es la advertencia lanzada por el UNEP en su reciente
informe, que establece un vínculo muy directo entre la producción y las
emisiones, y pone el dedo en la llaga sobre la necesidad de
"desinvertir" en combustibles fósiles. Lo que empezó como una
reivindicación ecologista, capitaneada en la cumbre de París por el fundador de
350.org Bill McKibben, se ha convertido ya en un imperativo económico.
"Las renovables son ya más competitivas y no tiene sentido invertir en
petróleo o en carbón en este otro modelo que estamos creando", advierte
Nicholas Stern, autor del histórico informe sobre la economía y el cambio
climático.
MITIGACIÓN Y COMPENSACIÓN
El Artículo 6 del Acuerdo de París faculta a las partes (los estados) a
usar mecanismos de mercado para compensar sus emisiones. El papel de los mercados
de carbono, y hasta qué punto pueden suponer una contribución positiva a
los esfuerzos globales, será una de las patatas calientes en la COP25. Los
costes cada vez mayores de las pérdidas y daños causados por los episodios de
clima extremo estarán también muy presentes en la agenda. Los países más
vulnerables reclaman que el organismo específico de la ONU -conocido como
Mecanismo Internacional de Varsovia- tenga acceso directo a apoyo
financiero para poder lograr compensaciones económicas directas.
ACELERACIÓN
El primer paso para llegar a la meta cero emisiones en el 2050 es
reducirlas a la mitad en el 2030. El grupo Exponential Roadmap, integrado por
decenas de científicos, analistas y economistas, ha marcado el camino con una
hoja de ruta sobre los cambios apremiantes y necesarios en la próxima
década. Los vehículos eléctricos deberían constituir el 90% de la flota en
esa fecha. Las ciudades deberían experimentar una profunda trasformación para
mejorar la movilidad y la calidad del aire. El consumo de carne debería
reducirse ostensiblemente en nuestras dietas. El frenazo a la deforestación y
la revisión a fondo de los subsidios agrícolas es otra tarea
apremiante. "Nos enfrentamos a una transformación a gran escala que está ya
en marcha, pero hay que ganar velocidad y hacer la transición de una
década", asegura Johan Rockström, director del Instituto Postdam para la
Investigación del Impacto del Cambio Climático.
GLASGOW 2020
Madrid allanará el camino a la COP26 de Glasgow en el 2020, el momento
inaplazable de rendir cuentas. El Gobierno británico esbozará sus planes en la
COP26, pese a que la eterna distracción del Brexit y
la campaña para las elecciones del 12D impedirán el impulso necesario. El
premier Boris Johnson acaba de reiterar su compromiso para fijar la meta de
cero emisiones en el 2050 y no seguir el resbaladizo camino de Donald Trump.
Johnson acaba de ordenar la suspensión temporal del fracking para
extracción del gas pizarra, algo a lo que no se atrevió en su día Obama. Reino
Unido es líder mundial en eólica marina y se ha propuesto eliminar el carbón de
la tarta energética antes de una década. El lema de Glasgow iba a ser La
COP de la ambición, pero Madrid le ha arrebatado el mensaje porque el
tiempo corre.
Una activista ecológica, durante la
marcha de Madrid.ALBERTO DI LOLLI
CARLOS FRESNEDA
Londres
Domingo, 1 diciembre 2019
Guterres: el punto de no retorno contra crisis climatica se nos echa encima EL MUNDO (Vídeo) / A. DI LOLLI (Foto)
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