Gobernadores de
todo el mundo se comprometen con la protección de la jungla y sus comunidades,
mientras que varias fundaciones anuncian una donación de casi 400 millones de
euros
El eslogan de salvar los bosques se
queda en una mera proclama si no viene acompañado de al menos tres
ingredientes: conocimiento científico que explique por qué hay que luchar por
ellos, voluntad política para hacerlo y dinero para sufragar esta misión. Todos
ellos han convergido en San Francisco. En la víspera del comienzo de la Cumbre de Acción
por el Clima, que se celebra desde este miércoles, 34 dirigentes regionales de los
cinco continentes han firmado un acuerdo con las comunidades tradicionales que
habitan las selvas para luchar contra la deforestación; nueve fundaciones han
anunciado que aportarán 459 millones de dólares (unos 395 millones de euros)
para conseguirlo y un estudio ha mostrado que estas áreas son más importantes
de lo que se pensaba a la hora de capturar dióxido de carbono.
A la primera
cuestión, por qué es importante hacer algo por los bosques y por las
comunidades que los habitan, ha dado (más) luz un
estudio que se ha publicado en el marco de la cumbre. Muestra que la
jungla manejada por pueblos indígenas y comunidades tradicionales almacenan
casi 300.000 millones de toneladas de CO2, o lo que es lo
mismo, el equivalente a 33 veces las emisiones de toda la energía generada en
el mundo el año pasado. El cálculo es “conservador”, en palabras de Alain
Frechette, director de Análisis de la Iniciativa Derechos
y Recursos, promotora del informe.
Aunque solamente analiza 64 países, que acumulan el 69%
de la superficie arbórea del mundo, el resultado es cinco veces mayor de lo que
se estimaba hasta ahora.
“Dos tercios de
todo este carbono están en el suelo. Y seguirá ahí mientras los bosques
permanezcan”, asegura Frechette. La ciencia también dice que no hay nadie mejor
que las comunidades indígenas para preservarlos. Los territorios que habitan, a
pesar de las amenazas constantes de empresas, mafias e incluso gobiernos,
sufren entre dos y tres veces menos deforestación que aquellos que están en
otras manos.
Pero en lugar de
proteger a estos pueblos, la tendencia es la contraria: son “perseguidos,
criminalizados y asesinados”, según Victoria Tauli-Corpuz relatora especial de
la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Su último informe muestra
que el año pasado 207 fueron asesinados por defender sus tierras.
Los bosques
manejados por pueblos indígenas y comunidades tradicionales almacenan casi
300.000 millones de toneladas de CO2,
“Las comunidades
locales han probado ser buenas para los bosques. Asegurar los derechos
indígenas es una forma barata y efectiva de conservarlos”, opina Charlotte
Streck, de Climate Focus, al tiempo que
asegura que aunque estos ecosistemas pueden frenar un 30% del cambio climático,
solo reciben un 2% de los fondos internacionales que se dedican a tal fin. Y
los resultados, por el momento, distan de ser esperanzadores: un
estudio reciente de la Universidad de Maryland revelaba que 2017 fue el
segundo peor año de la historia en cuanto a deforestación; el mundo perdió un
área de bosque equivalente a dos veces el tamaño de Andalucía, es decir, 15,8
millones de hectáreas, a razón de 40 al minuto.
Este es el motivo
por el que nueve grandes fundaciones filantrópicas se han comprometido este
martes a donar casi 400 millones de euros en los próximos cinco años para
proteger estos ecosistemas. “Las soluciones climáticas basadas en los bosques y
el uso de la tierra son fundamentales para cumplir los objetivos climáticos
mundiales: proteger y expandirlos, promover el uso sostenible de la tierra y
garantizar los derechos y los medios de subsistencia de las comunidades
indígenas y forestales ", aseguró Darren Walker, presidente de la
Fundación Ford, que forma parte de la Alianza para el Clima y el Uso de la
Tierra (CLUA, por sus siglas en inglés), que ha invitado a EL PAÍS a cubrir la
cumbre del clima. Además de esta, las otras ocho fundaciones que se han sumado
a la donación son ClimateWorks, David and Lucile Packard, Doris Duke, Gordon
and Betty Moore, John D. and Catherine T. MacArthur, Margaret A. Cargill
Philanthropies, Mulago y Rockefeller.
Las comunidades
locales han probado ser buenas para los bosques. Asegurar los derechos
indígenas es una forma barata y efectiva de conservarlos
Este anuncio se
hizo prácticamente al mismo tiempo que se acordaban los Principios
rectores para la alianza entre gobiernos subnacionales, pueblos indígenas y
comunidades locales. Uno de los objetivos de la cumbre
que comienza el miércoles en San Francisco es involucrar a los gobiernos
regionales con las acciones contra el cambio climático. Este es justamente la
base del acuerdo que 34 gobernadores (equivalentes a presidentes de comunidades
autónomas en España) de cinco continentes han comprometido con las comunidades
indígenas que viven en sus territorios.
“Hoy reconocemos el
papel esencial de las comunidades locales y los pueblos indígenas para la
conservación de los territorios forestales y el desarrollo de estrategias
efectivas para el cambio climático. Reconocemos nuestra multiculturalidad, y
nos extendemos para unirnos en el arduo trabajo por delante. Para tener alguna
posibilidad de éxito, debemos fortalecer los lazos que nos unen y fomentar la
participación inclusiva y exitosa de todos los sectores de la sociedad”, dijo
el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, de Jalisco, México.
Se trata
precisamente de reconocer que los indígenas son los mejores guardianes del
bosque y, en lugar de perseguirlos, protegerlos y apoyarlos. El consenso se
basa en 13 principios que pretenden avanzar en este sentido. Para Cándido
Mezúa, indígena emberá de Panamá, se trata de un tratado histórico: “Muchos lo
verán como un simple documento, pero muchos de nosotros hemos llorado al verlo
porque sentimos que se reconocen nuestros derechos.
Hemos logrado que nos
entiendan, que nos escuchen, que nos respeten y que nos valoren. Estar juntos
[indígenas y gobiernos] era un sueño”.
Ya hay acuerdo
político. Hay ciencia que los respalda. Y va llegando el dinero. Falta ver todo
eso en forma de acción y resultados.
Foto principal: Tutiakk Katan, miembro de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica. PABLO LINDE
No hay comentarios.:
Publicar un comentario