Los investigadores
sugieren utilizar las negociaciones comerciales para obligar al Gobierno
brasileño a respetar el medio ambiente
Un grupo de más de
600 científicos europeos, incluidos 80 españoles, y 300 organizaciones
indígenas han instado a la Unión Europea a que aproveche las actuales
negociaciones comerciales con Brasil para presionar al Gobierno de Jair
Bolsonaro para que respete el medio ambiente y los derechos humanos.
La carta abierta,
publicada el 25 de abril en la revista Science, afirma que la UE
gastó más de 3.000 millones de euros en hierro brasileño en 2017, “a pesar de
los peligrosos estándares de seguridad y la extensa deforestación provocada por
la minería”. Solo en 2011, según los firmantes, la UE importó de Brasil
cantidades de carne y alimento para el ganado asociadas a una deforestación de
más de 1.000 kilómetros cuadrados, una superficie “equivalente a más de 300
campos de fútbol al día”.
"Los
consumidores europeos no tienen manera de saber cuánta sangre hay realmente en
sus hamburguesas”, ha declarado la ecóloga Laura Kehoe
El ultraderechista
Bolsonaro alcanzó la presidencia de Brasil proclamando que acabaría con “el activismo ambiental”y con la “industria
de demarcación” de tierras indígenas. Los 600 científicos piden a la UE que
“aproveche esta oportunidad crítica” para tumbar las peores promesas del
presidente brasileño. Ya en octubre, Bolsonaro anunció que no sacaría a Brasil
del Acuerdo de París contra el cambio climático, pese a que antes había
prometido que lo haría. Abandonar el pacto ambiental implicaba perder certificados internacionales de calidad
esenciales para las exportaciones de su sector agrícola.
“La UE se fundó
sobre los principios del respeto a los derechos humanos y a la dignidad humana.
Hoy, tiene la oportunidad de ser un líder mundial en el apoyo a estos principios
y a un clima habitable, haciendo de la sostenibilidad la piedra angular de sus
negociaciones comerciales con Brasil”, señalan los 600 científicos, encabezados
por la ecóloga Laura Kehoe, de la Universidad
de Oxford (Reino Unido). Entre los 80 firmantes españoles figuran el
biólogo Fernando Valladares y el zoólogo Ignacio de la
Riva, ambos del Museo Nacional de Ciencias Naturales; la antropóloga Victoria Reyes-García, de la Universidad
Autónoma de Barcelona; y Eloy Revilla, de la Estación Biológica de Doñana.
“Ahora mismo, los
consumidores europeos no tienen manera de saber cuánta sangre hay realmente en
sus hamburguesas”, ha declarado Kehoe, una joven investigadora postdoctoral en
Oxford que ha trabajado en proyectos medioambientales en Bolivia, Sudáfrica,
Guinea, Canadá y México. “La UE gasta más de 2.000 millones de euros cada año
en alimento para el ganado comprado en Brasil, pese a no saber si proviene de
tierras deforestadas”, aseguran los científicos y los activistas
indígenas en la página web creada para
difundir su mensaje.
La finlandesa Heidi
Hautala, vicepresidenta del Parlamento Europeo y política del Grupo de los
Verdes/Alianza Libre Europea, ha respaldado públicamente el llamamiento de los
investigadores. Los eurodiputados españoles Jordi Solé, de Esquerra Republicana
de Catalunya, y Florent Marcellesi, de Equo, también han apoyado a los
firmantes.
En otra carta
publicada en el portal científico The Conversation, Kehoe ha llegado
a asegurar que “el genocidio es una posibilidad real si no se hace nada para
proteger a los pueblos indígenas y sus tierras”.
Un jefe indígena salta un árbol talado ilegalmente en el estado de Pará (Brasil). MAURO PIMENTEL / AFP
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