Introducción
Marx fue considerado por el amplio
espectro del ecologismo como un pensador que nunca impuso límites al desarrollo
de las fuerzas productivas, lo que puede colegirse del “Manifiesto del Partido
Comunista” (1848), por ejemplo.
No obstante, en las últimas dos
décadas esta fama infundada se ha ido desdibujando progresivamente, dados los
estudios bien documentados de Foster y Burkett. En varios momentos de los
“Manuscritos de 1844”, Marx insinuó una idea naturalista o materialista al
referirse a la ciencia del hombre como una parte de la ciencia natural.