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Scott City, Kansas
En la finca Vulgamore, cerca de Scott City, Kansas, cada cosechadora
puede segar y trillar hasta 10 hectáreas de trigo en una hora, además de reunir
datos en tiempo real sobre el rendimiento del cultivo. La mayoría de los
alimentos que consumen los estadounidenses se producen en este tipo de
explotaciones a gran escala, mecanizadas, que cultivan la misma planta hectárea
tras hectárea, lo que permite producir más con menos trabajo.
Foto: George
Steinmetz
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Gallinas ponedoras
En la granja Mantiqueira, en Brasil, ocho millones de gallinas ponen 5,4
millones de huevos al día. Unas cintas transportadoras llevan los huevos
directamente a la planta envasadora. La demanda de carne se ha triplicado en
los países en vías de desarrollo en las últimas cuatro décadas y el consumo de
huevos se ha multiplicado por siete, lo que ha impulsado una gran expansión de
las instalaciones de producción animal a gran escala.
Foto: George
Steinmetz
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Mato Grosso, Brasil
Una cosecha excepcionalmente buena de maíz se amontona delante de unos
silos llenos hasta los topes en el estado brasileño de Mato Grosso, que exporta
buena parte de su producción de cereales a China y Corea del Sur como alimento
para cerdos y gallinas. La demanda de más cultivos para alimentar el ganado es
una de las razones por las cuales los expertos afirman que será necesario
duplicar la producción agrícola para 2050.
Foto: George
Steinmetz
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Los Andes, Perú
En los Andes peruanos, Estela Cóndor cultiva cinco clases diferentes de
patata para venderlas en el mercado, además de un tubérculo amarillo llamado
mashua que destina al consumo familiar. Pequeños agricultores como ella
cultivan gran parte de los alimentos que consume la población de los países en
vías de desarrollo.
Foto: Jim
Richardson
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Siby, Mali
Bassama Camara, Siby, Mali
Foto: Jim
Richardson
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Cómo alimentar a
9.000 millones
Sally Gran, Iowa, Estados Unidos
Foto: Jim
Richardson
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Siby, Mali
Mariam Kéita recolecta cacahuetes en una granja de Siby, en Mali. La
combinación de semillas híbridas, abonos y riego que impulsó la revolución
verde no llegó a imponerse en África. Pero hoy los países subsaharianos ofrecen
una oportunidad para incrementar la producción mundial de alimentos, ya que sus
rendimientos se pueden mejorar mucho.
Foto: Jim Richardson
Foto: Jim Richardson
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Tulu Rei, Etiopía
Girma Wodajo, Tulu Rei, Etiopía
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Sajiali, Bangladesh
Anwara Begum, Sajiali, Bangladesh
Foto: Jim
Richardson
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Dakota del Sur,
Estados Unidos
La agricultura industrial consigue grandes rendimientos mediante el uso
de abonos y pesticidas en grandes extensiones de monocultivos.
Foto: Jim
Richardson
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Jaghati, Jessore,
Bangladesh
Aunque las pequeñas granjas suelen rendir menos que las explotaciones
industriales, a menudo producen más comida destinada al consumo humano.
Foto: Jim
Richardson
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Bali, Indonesia
Pak Kompiang, Bali, Indonesia
Foto: Jim
Richardson
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Hlynske, Ucrania
Olexandra Salo, Hlynske, Ucrania
Foto: Jim
Richardson
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Siby, Mali
Sékou Camara, Siby, Mali
Foto: Jim
Richardson
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Kansas, Estados
Unidos
Frank Reese, Kansas, Estados Unidos
Foto: Jim
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Skye, Reino Unido
Paul McGlynn, isla de Skye, Reino Unido
Foto: Jim
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Amazonas, Brasil
Solamente los árboles productores de nueces de Brasil (protegidos por la
legislación nacional) han quedado en pie después de que los agricultores
talaran esta parcela de bosque lluvioso en el Amazonas para destinarla al
cultivo de maíz. A pesar del éxito de las medidas orientadas a ralentizar la
deforestación, el estado norteño de Pará registró un preocupante incremento del
37 % a lo largo del año pasado.
Foto: George
Steinmetz
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De contaminantes a
fertilizantes
En la granja porcina Nutribras, en Brasil, las cerdas viven confinadas
en jaulas compartimentadas, donde los cochinillos pueden mamar sin riesgo de
que la madre los aplaste accidentalmente. Este tipo de instalaciones pueden ser
muy contaminantes (un cerdo de unos 90 kilos genera una media de 6 kilos de
estiércol al día), pero Nutribras recicla los desechos, convirtiéndolos en
fertilizantes y en metano para producir energía.
Foto: George
Steinmetz
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Sacrificio animal
Antes de ser sacrificados, los animales son aturdidos hasta quedar
inconscientes, luego se les cuelga de una pata antes degollarlos y
desangrarlos. La mayor empresa del sector cárnico en el mundo es JBS, con sede
en Brasil.
Foto: George
Steinmetz
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El despiece
Los trabajadores despiezan las canales en tajos de carne -redondo,
solomillo, costillas-, que JBS exporta a todo el mundo. Los cascos y los huesos
se muelen para elaborar alimentos para peces y fertilizantes.
Foto: George
Steinmetz
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Itapuí, Brasil
En Itapuí, Brasil, la empresa avícola Itabom procesa 18.000 pollos cada
hora. Solo en Estados Unidos y China se consume más carne de pollo que en
Brasil: unos 45 kilos por persona y año. La producción avícola en Brasil se
duplicó entre 2000 y 2012.
Foto: George
Steinmetz
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Bassetti, Greenfield,
California
En la explotación agrícola Bassetti, cerca de Greenfield, California,
unos trabajadores recolectan apios para enviarlos a comercios minoristas de
Estados Unidos y Asia. En el valle de Salinas, bautizado como «la ensaladera de
América», los cultivos se riegan exclusivamente con agua subterránea, que
podría desaparecer si la actual sequía se prolonga.
Foto: George
Steinmetz
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Sidrolândia, Brasil
En esta planta de Brasil, cerca de Sidrolândia, todos los meses se
sacrifican, despluman, trocean, limpian y envasan unos 4,5 millones de pollos.
Las diferentes partes del animal se desperdigarán por el mundo: las alas y las
patas van en su mayor parte a China; los muslos, a Japón, y las pechugas, a Europa.
La creciente demanda mundial de pollo ha hecho que la produccion de carne de
ave aumente a un ritmo mucho mayor que la de cerdo o vacuno.
Foto: George
Steinmetz
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Carolina del Norte,
Estados Unidos
En el laboratorio de Monsanto en Carolina del Norte, unas plantas de
maíz salen de la cabina fotográfica automática que documenta su crecimiento.
Esta empresa intenta desarrollar variedades de maíz y de soja que requieran
menos agua y fertilizantes, un propósito que aún se le resiste a la biotecnología.
Reducir el uso de estos recursos será fundamental para alimentar al mundo en
las próximas décadas.
Foto: George Steinmetz
Todo esto es la manera, no de alimentar a 9000 millones de seres humanos, sino de destruir el futuro alimentario de la humanidad entera y de incrementar espantosamente el sufrimiento animal.
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