Centenares de especies se desplazan a latitudes más altas en busca de aguas más frías
Centenares de especies
marinas están escapando del cambio climático. Con datos que arrancan en
1960, un estudio muestra que muchos peces están desplazando su hábitat cada vez
más al norte. La búsqueda de aguas más frías hará que algunos se hayan movido
de sitio más de 1.000 kilómetros a finales de siglo. Los impactos ecológicos o
en el sector pesquero de esta gran migración aún no están claros.
El aumento de las
temperaturas asociado al calentamiento global está provocando el adelanto de
las primaveras y la reubicación de muchas especies,
también vegetales, en regiones a mayor altitud o latitud,
buscando la temperatura a las que están más habituadas. El fenómeno, muy
estudiado en la vida terrestre, también estaría sucediendo en los océanos,
según un estudio recién publicado.
La investigación, publicada
en la revista científica PLoS ONE, se apoya en datos de casi 700
especies de peces, crustáceos, cefalópodos moluscos y otros invertebrados
distribuidos por la plataforma continental y aguas cercanas de EE UU, México y
Canadá. Desde al menos 1963, se han venido realizando muestreos con 136.000
pequeñas redes de arrastre para tomar una instantánea de la riqueza marina de
esa campaña.
Sobre esos datos históricos,
los investigadores proyectaron la evolución de la presencia de las distintas
especies a finales de siglo. Y lo hicieron usando hasta 16 modelos climáticos
diferentes y con dos escenarios finales: el benigno, con un aumento de la
temperatura media global de unos 2º, y el más temido, con más de 4º de
incremento. En cada escenario, modelaron las temperaturas máxima, mínima y
media de la superficie del agua y en el fondo. Buscaban saber el aumento o
reducción del hábitat térmico para cada especie.
"Los datos históricos
muestran que muchas especies ha compensado el incremento de la temperatura
oceánica yéndose a aguas más profundas", dice el ecólogo del Instituto de Ciencias Marinas de
la Universidad de Carolina del Norte (EE UU) y principal autor del estudio,
James Morley. Lo que han visto es que, además, la mayoría está desplazando su
hábitat a otras latitudes. "En particular, las especies de regiones como
el nordeste de EE UU, donde la temperatura ha aumentado muy rápidamente, están
moviéndose hacia el norte. Mientras, en otras zonas, como el golfo de México,
se han desplazado a aguas más profundas", añade este investigador, que
realizó el estudio mientras estaba en la Universidad de Rutgers.
Estas tendencias continuarán
a lo largo de este siglo. En concreto, de las 383 especies atlánticas y las 303
del Pacífico rastreadas, todos los modelos usados para imaginar el futuro son
unánimes respecto a 446 de las especies estudiadas: todas se moverán de su
sitio habitual. En cuanto al resto, aunque no hay unanimidad, la mayoría de los
ensayos indican también un desplazamiento. Las distancias varían mucho según la
zona, la especie y el escenario climático. Algunos peces moverán su
distribución unas pocas decenas de kilómetros, en especial en el escenario más
benigno. Pero otras, en especial en las costas canadiense y estadounidense del
Pacífico, "se moverán hasta 900 millas al norte de sus actuales
hábitats", comenta el profesor de ecología, evolución y recursos naturales
de Rutgers y coautor del estudio, Malin Pinsky.
Peces como el jurel del
Pacífico y el rocote canario se desplazarán más de 1.300 kilómetros, desde el
norte de Canadá hasta el estrecho de Bering. Otros especímenes propios de aguas
más cálidas, como el pargo gris o mulato, verán ampliado su rango gracias al
aumento de las temperaturas. Y otros, como el tiburón tollo, las aguas que
ganarán al norte las perderán (por demasiado cálidas) al sur. Entre las
especies que deberán buscar aguas más frías hay algunas vitales para la
industria pesquera como el ya mencionado jurel, la caballa, el cangrejo real y
el bacalao atlántico.
Si se logra mantener el
aumento de la temperatura por debajo de los 2º, la mayor parte de las especies
no se irán muy lejos. Pero, como dice Morley, "en un futuro de altas
emisiones de CO2 podemos anticipar que
muchas de las especies con relevancia económica se trasladarán a otras regiones
y reducirán su presencia en sus zonas históricas".
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