Reducir
emisiones a cero para 2100. Es el objetivo marcado por la ONU tras escuchar a
830 científicos.
El
cielo de Pekín puede ser azul. Eso es lo que acaban de descubrir los habitantes
de la capital china. Y todo gracias al decidido plan que emprendieron las
autoridades locales a principios de noviembre para recibir en el mejor de los
ambientes posibles a Putin, Obama, Bachelet y demás líderes de la cumbre Asia
Pacífico (APEC, según rezan sus siglas en inglés). Se restringió el tráfico de
coches privados, el 70 % de los vehículos públicos dejaron de circular, se
frenaron las obras, se paró la producción de las fábricas más contaminantes que
rodean la ciudad. ¿Resultado? Desaparición de esa niebla eterna que flota sobre
las cabezas de los pekineses y aparición de un cielo límpido que ya ha recibido
un nombre: APEC blue.