viernes, 14 de septiembre de 2018

¿Le quedan 200 años a la Tierra? La teoría de Stephen Hawking - Alejandro Riveiro



Stephen Hawking no suele ser demasiado optimista. El genial astrofísico británico suele hacer afirmaciones bastante agoreras sobre el futuro. Desde el riesgo de que los robots puedan dominar a la especie humana si no controlamos la inteligencia artificial, a otras catástrofes naturales…

Stephen Hawking como divulgador

No hay que olvidar que Stephen Hawking no solo es astrofísico. También es un gran divulgador científico. Su labor, como comunicador, es la de enseñar al público el mundo de la física y la astronomía. Pero también lo es hacernos comprender el impacto que tienen nuestras acciones en el planeta. Cada cierto tiempo, seguramente te hayas encontrado alguna predicción de Hawking diciendo que a la Tierra le quedan X años. Quizá 200, quizá 500 o quizá 1.000.


Pero, ¿por qué lo dice? ¿Es que acaso es un pesimista sin remedio? ¿tiene sentido lo que le preocupa? Vayamos por partes. Stephen Hawking tiene razón a la hora de advertir sobre todos esos peligros. Eso sí, entre nosotros, tengo serias dudas respecto a la posible amenaza de una inteligencia artificial demasiado desarrollada que, en plan Matrix, pueda volverse contra sus propios creadores.

Al margen de ese punto en particular, en el resto de ejemplos no le falta razón. Sí, un asteroide, con una gran capacidad destructiva, chocará con la Tierra tarde o temprano. En este caso, si la memoria no me traiciona, vaticinó que podría suceder en unos 1.000 años. Es un cálculo a ojo de buen cubero, y solo una media. Podría suceder en 10 años, 1.000 o 1.000.000. Pero es cierto, sucederá. Y si no hemos colonizado otros lugares del Sistema Solar, la humanidad se extinguirá.

El futuro de la Tierra

Del mismo modo, recientemente ha dicho que a la Tierra le quedan unos 200 años. ¿El desencadenante? Otra amenaza muy real, el cambio climático. Sabemos que es producto de nuestras propias acciones, porque lo hemos podido analizar. También sabemos que, si no revertimos la tendencia, el escenario será el de un planeta infernalmente cálido y totalmente incompatible con la vida. ¿Cómo de cálido? Tenemos un ejemplo muy familiar en el Sistema Solar: Venus.


Concepto artístico del paisaje de Venus.
Crédito: ESA/AOES

Por extraño que pueda parecer, sí, podemos hacer que la Tierra se convierta en Venus. De hecho, poco después de la formación del Sistema Solar, el planeta era mucho más similar a la Tierra. Es posible que, incluso, durante unos 1.000 millones de años (o quizá 2.000) tuviese agua líquida, una atmósfera similar a la nuestra… En definitiva, es posible que, durante un período razonablemente largo, llegase a tener organismos vivos en su superficie.

El desencadenante del mundo infernal que hoy es Venus fueron procesos naturales. Pero los factores comunes son los mismos: un aumento drástico del CO2 (entre otros factores que omitiré para evitar que la lectura sea muy densa9. Está en nuestra mano destruirnos a nosotros mismos. Es una posibilidad completamente real. En una sociedad en la que abundan los negacionistas del cambio climático, no son buenas noticias…

Un viaje a Venus

De hecho, el propio Hawking ha llegado a decir que pagará, de su propio bolsillo, viajes a los negacionistas del cambio climático que quieran visitar Venus y ver las infernales condiciones del planeta de primera mano. En el fondo, el tiempo pronosticado es lo de menos. No es importante si sucederá en 200 años o en 100. Porque lo preocupante es que la tendencia está ahí, y no estamos haciendo mucho por invertirla.


A fin de cuentas, incluso algunos líderes mundiales, como el presidente Trump, son reconocidos negacionistas del cambio climático. Eso, a pesar de que hay amplias evidencias científicas, procedentes de numerosas organizaciones de todo el mundo, que certifican que está sucediendo. No solo se trata de dejar un mundo mejor a los que vengan después de nosotros. Es, literalmente, una cuestión de supervivencia.
Por ahora, no hay ningún otro lugar al que el ser humano pueda viajar. No tenemos la capacidad de colonizar otros mundos. Incluso aunque estableciésemos una base en Marte, en los próximos años, nuestra tecnología es aún primitiva. No podemos pensar en transportar a un porcentaje importante de la población a otros lugares. Así que nuestra mejor apuesta, la única posibilidad, es cuidar el planeta en el que vivimos.

Una amenaza muy real

Por todo esto, no hay que ignorar las palabras de Stephen Hawking. Hay muchas amenazas para la supervivencia del ser humano. Sobre unas tenemos más control que otras. Por ejemplo, no podemos controlar que un asteroide impacte con la Tierra. No por ahora, al menos. Sin embargo, sí que podemos controlar el cambio climático y revertirlo. Es una tendencia que podemos invertir. Solo hace falta que, como ciudadanos, pongamos en el poder a aquellos políticos que lo traten con la dimensión que merece (sea de la ideología que sean).


Porque, lo que está claro, es que en ningún caso esto va a desaparecer por arte de magia. El cambio climático es, sin ninguna duda, la amenaza más inminente y más seria para la supervivencia del ser humano. Estamos destruyendo nuestro hogar, y lo estamos haciendo a pasos agigantados. De momento, la comunidad científica está de acuerdo en que todavía hay tiempo para invertir esa tendencia. Pero no va a ser siempre así.
Llegará un momento (cada vez más cercano), en el que el cambio climático será completamente imparable. Cuando eso suceda, estaremos a merced de las consecuencias de nuestros propios actos. ES muy posible que a nosotros no nos afecte la peor parte. Pero sí lo hará a las generaciones inmediatamente posteriores a la nuestra. Además, no nos engañemos, ya estamos sintiendo las consecuencias del cambio climático.

Stephen Hawking tiene razón

Los fenómenos extremos son cada vez más comunes. Las sequías más pronunciadas, los veranos más calurosos, y así un largo etcétera… A Stephen Hawking no le falta ninguna razón cuando advierte sobre estos riesgos. La oportunidad para detener el proceso es limitada. Si queremos que nuestro planeta siga siendo habitable, hace falta cambiar nuestro funcionamiento como sociedad. El uso de energías renovables sería, sin duda, un gran paso.


Hay otros factores que también deben ser cuidados. Es el caso de la contaminación generada por los vehículos, así como las emisiones de las industrias de muchos países. En algunos casos, ya se están tomando medidas para que, en la próxima década, los coches más contaminantes no puedan seguir circulando. Seguramente, es algo que incomode a muchas personas. Pero es un paso necesario para preservar el mundo en el que vivimos.

¿Es Stephen Hawking un alarmista? Para nada. Aunque parezca imposible, la Humanidad podría pasar por una situación muy complicada en cualquier momento. Si no estamos concienciados de ello, estaremos condenados a la extinción. Si, además, nos complicamos la vida contaminando nuestro planeta nosotros mismos, no estaremos haciendo nada por facilitar las cosas. Qué suceda dentro de 200 años depende de lo que hagamos ahora…

Foto principal: Stephen Hawking.
Crédito: Press Associated


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