Stephen Hawking no suele ser demasiado optimista. El genial
astrofísico británico suele hacer afirmaciones bastante agoreras sobre el
futuro. Desde el riesgo de que los robots puedan dominar a la especie humana si
no controlamos la inteligencia artificial, a otras catástrofes naturales…
Stephen
Hawking como divulgador
No hay que olvidar que Stephen Hawking no solo es
astrofísico. También es un gran divulgador científico. Su labor, como
comunicador, es la de enseñar al público el mundo de la física y la astronomía.
Pero también lo es hacernos comprender el impacto que tienen nuestras acciones
en el planeta. Cada cierto tiempo, seguramente te hayas encontrado alguna
predicción de Hawking diciendo que a la Tierra le quedan X años. Quizá 200,
quizá 500 o quizá 1.000.
Pero, ¿por qué lo dice? ¿Es que acaso es un pesimista sin
remedio? ¿tiene sentido lo que le preocupa? Vayamos por partes. Stephen Hawking
tiene razón a la hora de advertir sobre todos esos peligros. Eso sí, entre
nosotros, tengo serias dudas respecto a la posible amenaza de una inteligencia
artificial demasiado desarrollada que, en plan Matrix, pueda volverse contra
sus propios creadores.
Al margen de ese punto en particular, en el resto de
ejemplos no le falta razón. Sí, un asteroide, con una gran capacidad
destructiva, chocará con la Tierra tarde o temprano. En este caso, si la
memoria no me traiciona, vaticinó que podría suceder en unos 1.000 años. Es un
cálculo a ojo de buen cubero, y solo una media. Podría suceder en 10 años,
1.000 o 1.000.000. Pero es cierto, sucederá. Y si no hemos colonizado otros
lugares del Sistema Solar, la humanidad se extinguirá.
El
futuro de la Tierra
Del mismo modo, recientemente ha dicho que a la Tierra le
quedan unos 200 años. ¿El desencadenante? Otra amenaza muy real, el cambio
climático. Sabemos que es producto de nuestras propias acciones, porque lo
hemos podido analizar. También sabemos que, si no revertimos la tendencia, el
escenario será el de un planeta infernalmente cálido y totalmente incompatible
con la vida. ¿Cómo de cálido? Tenemos un ejemplo muy familiar en el Sistema
Solar: Venus.
Concepto artístico del paisaje de Venus.
Crédito: ESA/AOES
Crédito: ESA/AOES
Por extraño que pueda parecer, sí, podemos hacer que la
Tierra se convierta en Venus. De hecho, poco después de la formación del
Sistema Solar, el planeta era mucho más similar a la Tierra. Es posible que,
incluso, durante unos 1.000 millones de años (o quizá 2.000) tuviese agua
líquida, una atmósfera similar a la nuestra… En definitiva, es posible que,
durante un período razonablemente largo, llegase a tener organismos vivos en su
superficie.
El desencadenante del mundo infernal que hoy es Venus fueron
procesos naturales. Pero los factores comunes son los mismos: un aumento
drástico del CO2 (entre otros factores que omitiré para evitar que la lectura
sea muy densa9. Está en nuestra mano destruirnos a nosotros mismos. Es una
posibilidad completamente real. En una sociedad en la que abundan los
negacionistas del cambio climático, no son buenas noticias…
Un
viaje a Venus
De hecho, el propio Hawking ha llegado a decir que pagará,
de su propio bolsillo, viajes a los negacionistas del cambio climático que
quieran visitar Venus y ver las infernales condiciones del planeta de primera
mano. En el fondo, el tiempo pronosticado es lo de menos. No es importante si
sucederá en 200 años o en 100. Porque lo preocupante es que la tendencia está
ahí, y no estamos haciendo mucho por invertirla.
A fin de cuentas, incluso algunos líderes mundiales, como el
presidente Trump, son reconocidos negacionistas del cambio climático. Eso, a
pesar de que hay amplias evidencias científicas, procedentes de numerosas
organizaciones de todo el mundo, que certifican que está sucediendo. No solo se
trata de dejar un mundo mejor a los que vengan después de nosotros. Es,
literalmente, una cuestión de supervivencia.
Por ahora, no hay ningún otro lugar al que el ser humano
pueda viajar. No tenemos la capacidad de colonizar otros mundos. Incluso aunque
estableciésemos una base en Marte, en los próximos años, nuestra tecnología es
aún primitiva. No podemos pensar en transportar a un porcentaje importante de
la población a otros lugares. Así que nuestra mejor apuesta, la única
posibilidad, es cuidar el planeta en el que vivimos.
Una
amenaza muy real
Por todo esto, no hay que ignorar las palabras de Stephen
Hawking. Hay muchas amenazas para la supervivencia del ser humano. Sobre unas
tenemos más control que otras. Por ejemplo, no podemos controlar que un
asteroide impacte con la Tierra. No por ahora, al menos. Sin embargo, sí que
podemos controlar el cambio climático y revertirlo. Es una tendencia que
podemos invertir. Solo hace falta que, como ciudadanos, pongamos en el poder a
aquellos políticos que lo traten con la dimensión que merece (sea de la
ideología que sean).
Porque, lo que está claro, es que en ningún caso esto va a
desaparecer por arte de magia. El cambio climático es, sin ninguna duda, la
amenaza más inminente y más seria para la supervivencia del ser humano. Estamos
destruyendo nuestro hogar, y lo estamos haciendo a pasos agigantados. De momento,
la comunidad científica está de acuerdo en que todavía hay tiempo para invertir
esa tendencia. Pero no va a ser siempre así.
Llegará un momento (cada vez más cercano), en el que el
cambio climático será completamente imparable. Cuando eso suceda, estaremos a
merced de las consecuencias de nuestros propios actos. ES muy posible que a
nosotros no nos afecte la peor parte. Pero sí lo hará a las generaciones
inmediatamente posteriores a la nuestra. Además, no nos engañemos, ya estamos
sintiendo las consecuencias del cambio climático.
Stephen
Hawking tiene razón
Los fenómenos extremos son cada vez más comunes. Las sequías
más pronunciadas, los veranos más calurosos, y así un largo etcétera… A Stephen
Hawking no le falta ninguna razón cuando advierte sobre estos riesgos. La
oportunidad para detener el proceso es limitada. Si queremos que nuestro
planeta siga siendo habitable, hace falta cambiar nuestro funcionamiento como
sociedad. El uso de energías renovables sería, sin duda, un gran paso.
Hay otros factores que también deben ser cuidados. Es el
caso de la contaminación generada por los vehículos, así como las emisiones de
las industrias de muchos países. En algunos casos, ya se están tomando medidas
para que, en la próxima década, los coches más contaminantes no puedan seguir circulando.
Seguramente, es algo que incomode a muchas personas. Pero es un paso necesario
para preservar el mundo en el que vivimos.
¿Es Stephen Hawking un alarmista? Para nada. Aunque parezca
imposible, la Humanidad podría pasar por una situación muy complicada en
cualquier momento. Si no estamos concienciados de ello, estaremos condenados a
la extinción. Si, además, nos complicamos la vida contaminando nuestro planeta
nosotros mismos, no estaremos haciendo nada por facilitar las cosas. Qué suceda
dentro de 200 años depende de lo que hagamos ahora…
Foto principal: Stephen Hawking.
Crédito: Press Associated
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