Los científicos asesores de Naciones Unidas
advierten a los Gobiernos de que se necesita una transformación sin precedentes
para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados
Los efectos del cambio climático —aumento de fenómenos extremos, incremento del nivel del mar o
descenso del hielo en el Ártico— ya están aquí. Las emisiones
de gases de efecto invernadero relacionadas
con el hombre han elevado aproximadamente un grado centígrado la temperatura
global respecto a los niveles preindustriales, concluye el grupo de científicos
asesores de la ONU en materia de cambio climático, conocido por sus siglas en
inglés IPCC. La cuestión ahora es hasta dónde se llegará y qué impactos se está
dispuesto a asumir.
El IPCC advierte en un
informe presentado la madrugada de este lunes en Corea del Sur (hora española) de que el calentamiento es probable que lleve a un aumento de 1,5
grados centígrados entre 2030 y 2052 si el mundo sigue el ritmo actual de
emisiones de gases de efecto invernadero. Esto supone que se está en riesgo de
incumplir el
objetivo más ambicioso del Acuerdo de París —quedar por debajo del 1,5 en 2100— en poco más de una década.
Para evitarlo se necesita una transición "sin precedentes" y
cambios "rápidos" y de "gran alcance" en la electricidad,
la agricultura, las ciudades, el transporte y la industria, apunta el informe.
Si se quiere cumplir la meta del 1,5 se requiere una disminución en 2030 del
45% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) —el principal
gas de efecto invernadero— respecto al nivel de 2010. En 2050, esas emisiones
—que mayoritariamente proceden de los combustibles fósiles— deben haber
desaparecido, algo realmente complicado.
De hecho, las políticas que los países pusieron sobre la mesa cuando se
cerró en 2015 el Acuerdo de París —que obliga a todos los firmantes a presentar
planes de reducción de emisiones— llevarían
en estos momentos a que el calentamiento llegue a los 3 grados a final de siglo. De ahí los cambios "rápidos, profundos y sin precedentes" a
los que apunta el informe del IPCC, en el que han participado casi un centenar
de científicos de 44 países.
"La buena noticia es que algunas de las acciones que serían
necesarias para limitar el calentamiento global a 1,5 grados ya están en marcha
alrededor del mundo, pero se necesita acelerarlas", ha apuntado a través
de un comunicado Valérie Masson-Delmotte, una de las coordinadoras del informe.
Cuando los representantes de casi 200 países cerraron en 2015 en París
el pacto contra el calentamiento, todos tenían claro que la batalla para evitar
el cambio climático se había perdido. Revertir el calentamiento es inviable por
la acumulación en la atmósfera de los gases expulsados desde la Revolución
Industrial y, sobre todo, desde los años cincuenta del siglo pasado, cuando al
carbón se sumaron el petróleo y gas como alimentos del crecimiento económico
mundial.
Por eso, la meta que se estableció en el Acuerdo de París fue
"mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2
grados centígrados". Aunque se añadió: "Y proseguir los esfuerzos
para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5". Esa segunda cifra se incluyó
por la presión de los países más expuestos, como las pequeñas islas del
Pacífico. Los firmantes del acuerdo también encargaron al IPCC un informe
específico sobre la meta del 1,5, que se presenta ahora.
El estudio —que se basa en más de 6.000 referencias científicas— hace un
repaso de los efectos de un incremento del 1,5 y los compara con los de una
subida de 2 grados.
Establece, por ejemplo, que el nivel del mar aumentaría 10 centímetros
más al pasar de 1,5 a 2 grados. ¿Y qué consecuencias tendría esto? Diez
millones de personas más estarían expuestas a los impactos asociados al aumento
del nivel del mar.
El IPCC proyecta más daños para el ser humano si se llega a los 2 grados
frente a los 1,5. Habrá más impactos en "la salud, los medios de subsistencia,
la seguridad alimentaria, el abastecimiento de agua, la seguridad y el
crecimiento económico". Por ejemplo, el informe apunta a que limitar el
calentamiento a 1,5 frente a los 2 grados supondría reducir el número de
personas expuestas a los riesgos climáticos y la pobreza en "varios
cientos de millones" en 2050. También, limitará la incidencia de
enfermedades como el dengue y la malaria y a cambios en su distribución
geográfica.
Sin embargo, llegar a los 2 grados, frente a los 1,5, implicará más pérdida
de especies y extinciones, más incendios forestales y propagación de animales y
vegetales invasores. Y la desaparición prácticamente completa de los arrecifes
de coral de aguas cálidas; llegar a un incremento de 1,5 los reducirá entre un
70% y un 90%. Dos grados los borrarían casi por completo.
La energía –sector eléctrico y transporte– es la clave en la lucha
contra el calentamiento global. El informe del IPCC baja a lo concreto cuando establece
que para poder cumplir la meta de una subida de 1,5 grados hasta 2100 se
requiere que en 2050 entre el 70% y el 85% de la electricidad sea de origen
renovable, es decir, libre de emisiones de gases de efecto invernadero. El
estudio da una oportunidad al gas natural –un combustible fósil–, pero solo si
se aplican medidas de captura y almacenaje del dióxido de carbono (CO2), aunque en el informe también se apunta a los
impactos medioambientales de estas técnicas. Si se aplican, el IPCC señala que
en 2050 el 8% de la electricidad podría generarse con gas. Al que no le da
ninguna oportunidad es al carbón, y se menciona la energía nuclear, aunque solo
de pasada y sin fijar cuotas en ese plan.
En el sector energético, el informe cifra las inversiones necesarias
para cumplir con el 1,5 en unos 900.000 millones de dólares anuales de media
entre 2015 y 2050. Y cifra en un 12% más lo que se necesita para el objetivo
del 1,5 respecto al de los 2 grados.
En el caso del transporte, el informe apunta a un vuelco tremendo para
cumplir el objetivo: la cuota de energías bajas en emisiones debe pasar del 5%
previsto en 2020 a entre el 35% y el 65% en 2050. En la industria, las
emisiones de CO2deberán ser entre un 75% y un
90% menores en 2050 respecto a los niveles de 2010. O entre un 50% y un 80% si
el objetivo buscado es el de los 2 grados.
Los autores indican que rebasar la frontera del 1,5 supondría depender
en el futuro de las técnicas de captura del CO2 de la
atmósfera para lograr cumplir con ese objetivo. Pero advierten de que "la
eficacia de estas técnicas no está demostrada a gran escala y algunas técnicas
pueden tener riesgos significativos para el desarrollo sostenible".
Acto de protesta contra el cambio climático en Kerpen, Alemania. En el vídeo, cuáles serían las consecuencias de no mantener por debajo de 1,5 grados el calentamiento. AP / EPV
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