El Festival Alimenterre promueve
en Senegal la producción sostenible de alimentos y el consumo local en una
región que sufre lluvias erráticas, desertificación y baja inversión
tecnológica
“El cambio climático surge de una
gran injusticia de la humanidad. El desarrollo de los países occidentales se
consigue con una fuerte industrialización, con el sector del agronegocio, con los pesticidas, con los fertilizantes químicos… Y
cuanto más se siga así, más aumentarán las consecuencias negativas, la
degradación del medioambiente”, declara Ibrahima Fall, coordinador de la XXII
edición del Festival Alimenterre para la promoción de la producción sostenible de
alimentos,
celebrado en tres ciudades senegalesas. Habla a las puertas de la Cámara de
Comercio de Saint Louis, uno de los tres destinos elegidos por la organización
para difundir el mensaje entre agricultoras, ganaderos y pescadores. Al entrar
en el edificio se lee en un cartel “Consumir local es aumentar las ganancias de
los productores agrícolas y crear riqueza para Senegal”. No tienen disposición
de replicar el modelo industrial que ha sumido al planeta en un calentamiento
sin precedentes. “Queremos promover una ciudadanía consciente y que se
involucre en un desarrollo del sistema agroalimentario más sano y sostenible”,
apunta el técnico del Consejo Nacional de
Concertación y Cooperación Rural (CNCR) de Senegal, entidad que convoca este evento
en el que participan los líderes locales y la sociedad civil.
“No planteamos un modelo de agronegocio. Aquí
se trabaja en la agricultura familiar, en que puedan abastecerse entre ellos
primero, y en que se genere consumo local. Si hay excedentes venderlos para que
los hijos puedan estudiar y se mejore la salud”, detalla Fall, cuyo objetivo
también es que los agricultores tengan más facilidad para acceder a la
tecnología y técnica que ya existe o innovar. “Queremos practicar métodos sanos
y sostenibles, ecológicos. Y mejorar la capacidad de los productores para hacer
frente al cambio climático”, señala el experto, que lo ejemplifica con
optimización en la fertilización, en la selección de semillas, en el acceso
financiero a los recursos, en la formación en finanzas o en disponer de
técnicas para estudiar la pluviometría y prever las lluvias erráticas que
lastran la producción de sus tierras con sequías o inundaciones.
Se enfrentan así al desafío de
producir alimentos de forma respetuosa con el medio ambiente, adaptándose a las
dificultades de acceso al agua, a la desertificación o a la pérdida de
biodiversidad con una baja incidencia de tecnologías, en un continente que
registra 257 millones de personas subalimentadas. No es en África donde se
genera la mayoría de emisiones que provocan el calentamiento de la
Tierra, pero se sufre el cambio del clima con consecuencias que derivan también
en conflictos étnicos por el territorio, migraciones masivas y altas tasas de
desempleo. “De 10
a 12 millones de jóvenes se incorporan al mercado laboral cada año en el
continente y el 67% de los trabajadores jóvenes viven en la pobreza”, se lee en
el Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en
Áfricade la Organización de la ONU para la Alimentación y la
Agricultura, que resume también que para 2050, el cambio climático provocará
que otros 71 millones de personas sufran inseguridad alimentaria en el mundo, y
que más de la mitad estarán en el África subsahariana.
Participantes en el concurso culinario del Festival
Alimenterre en Saint Louis, Senegal. Á.
L.
“África subsahariana, en
particular África occidental, figuran entre las regiones más vulnerables a los
efectos del cambio climático. En estas regiones, una proporción significativa
del PIB y del empleo de las economías nacionales depende de la agricultura. Al
mismo tiempo, los pequeños agricultores familiares tienen poco acceso a insumos
y tecnologías innovadoras, lo cual limita su capacidad de adaptación a un clima
cambiante”, detalla la FAO en el informe El estado de los mercados de productos básicos
agrícolas. “Los efectos desiguales del cambio climático sumados a las diferencias
en la capacidad de adaptación pueden dar lugar a una brecha cada vez mayor
entre los países desarrollados y los países en desarrollo”, añade el texto, que
advierte de las importaciones que a su vez requerirán las zonas del sur y que
beneficiarán a los países del norte.
“Este encuentro nos da la
oportunidad de aprender que la alimentación nos incumbe a todos como africanos.
Agricultores, ganaderos y pescadores, somos de la misma familia y no nos
conocemos. Aquí aprendemos a desarrollar una pesca pensando en el futuro de
nuestros hijos”, señala el pescador Umur Drieye, que considera importante
también reunirse con su sector para unir voces en las repercusiones que puede
tener para ellos la extracción de gas del yacimiento encontrado recientemente
en sus costas. “Hemos descentralizado el festival, y lo celebramos en tres
localidades de Senegal (Dakar, Saint Louis y Kaolack) para no limitar esta
campaña que promueve lo que nosotros cultivamos y con alimentos más sanos para
la salud”, señala en el encuentro Ndéye Fatou Ndao, de la Escuela de mujeres
del CNCR.
No planteamos un modelo de
agronegocio. Aquí se trabaja en la agricultura familiar, en que puedan
abastecerse entre ellos primero, y en que se genere consumo local,
dice Ibrahima Fall, organizador de Alimenterre
El festival, en el que se
proyectan películas como Poisson d'or, poisson africain, sobre la pesca
artesanal en Senegal, está amenizado con tambores y bailes. Un grupo de jóvenes
actores recita al unísono en wolof y francés consignas que animan a consumir
productos locales e informan sobre el desarrollo sostenible. Y el evento
prosigue con un concurso culinario en el que ocho mujeres muestras lustrosos
platos para ser juzgados. Una de ellas ha optado por un plato nutritivo. “He
puesto arroz, pescado ahumado, gambas, limón, pimiento... Alimentos con muchas
vitaminas, que sean buenos para la salud”, señala frente a su elaboración.
Niños que salen del colegio con las mochilas a la espalda se quedan un rato en
la Cámara de Comercio para curiosear las actividades que se celebran, y de
camino, aprender el mensaje. Sobre ellos repercutirán las medidas que desde los
dos hemisferios tomen ahora los adultos.
Foto principal: Un pastor revisa plantaciones que beneficiarán al ganado, en la localidad senegalesa de Mbar Toubab. Á. LUCAS
Saint Louis (Senegal) 14 MAY 2019 - 00:00 CEST
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