Origen e Información General
El
Día Mundial del Ambiente fue establecido por la Asamblea General de la
Organización de las Naciones Unidas el 5 de junio de 1972, para marcar el
inicio de la Conferencia de Estocolmo sobre el Ambiente. Otra resolución adoptada
por la Asamblea General ese mismo día dio origen a la creación del Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El
Día Mundial del Ambiente es un evento de personas y organizaciones con
actividades multicolores, como concentraciones en las calles, conciertos
ecológicos, ensayos y competencias de carteles en las escuelas, plantaciones de
árboles, campañas de reciclado y de limpieza.
El
Día Mundial del Ambiente es también un evento multimedia que inspira a miles de
periodistas a escribir y hacer reportajes entusiastas y críticas acerca del
medio ambiente. Es un acontecimiento visual con documentales televisivos,
exhibiciones fotográficas y desplegados, así como un evento intelectual para
aquellos que organizan y participan en seminarios, mesas redondas y
conferencias. En muchos países esta celebración brinda una oportunidad de
firmar o ratificar convenios internacionales y, algunas veces, conduce al
establecimiento de estructuras gubernamentales permanentes relacionadas con el
manejo ambiental y la planeación económica.
Vitalis
se une a este llamado internacional para darle un amplio sentido humano a la
participación en los temas ambientales; darle a la gente el impulso necesario
para convertirse en agentes activos del desarrollo sostenible y equilibrado;
promover un entendimiento en donde las comunidades sean fundamentales en las
actitudes de cambio hacia los temas ambientales; y apoyar a las asociaciones
que aseguren a todas las naciones y personas disfrutar de un futuro más seguro
y próspero.
En
un sentido amplio, el Día Mundial del Ambiente busca que los seres humanos nos
convirtamos en agentes de desarrollo sustentable y equitativo. También pretende
estimular la comprensión de las comunidades como un detonante en el cambio de
actitudes hacia temas ambientales. Se busca una sociedad que pretenda que todas
las naciones y personas disfruten de un futuro más prospero y seguro. El Día
Mundial del Ambiente es un evento en que participa la sociedad civil con
actividades coloridas como paseos callejeros, desfiles de bicicletas,
conciertos ambientalistas, competencias de ensayos y carteles en escuelas,
plantaciones de árboles así como campañas de reciclaje y limpia.
Situación Mundial
Más
de 20 millones de hectáreas de bosques se pierden en el mundo anualmente, ello
sin incluir las grandes extensiones que son degradadas por prácticas forestales
destructivas, sobre-aprovechamiento forestal, contaminación, sequías y minería,
entre otros.
El
planeta ha perdido alrededor del 33% de sus ecosistemas naturales en los
últimos 30 años, al tiempo que la presión sobre la tierra se ha incrementado en
más del 50% durante el mismo período de tiempo, principalmente debido al
aumento en los patrones de consumo sobre los recursos naturales renovables y la
contaminación.
Estos
indicadores aportados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente - PNUMA, el Fondo Mundial para la Naturaleza - WWF y el Centro Mundial
de Monitoreo de la Conservación - CMMC, resaltan que "tales presiones
exceden la capacidad de regeneración que posee la biosfera de nuestro planeta
para recuperarse, con lo cual estaríamos encaminándonos a una inminente debacle
ambiental, de no lograrse un cambio sostenible en los patrones de consumo de
los recursos naturales", señaló Diego Díaz Martín, Presidente de la
organización no gubernamental Vitalis. "De continuar tales amenazas sobre,
nuestro planeta perdería alrededor del 75% de sus ecosistemas naturales para el
año 2.050", puntualizó.
Cada
segundo, media hectárea de bosques es destruida, las emisiones globales de
dióxido de carbono sumaron a fines de los 90 alrededor de 25 mil millones de
toneladas, casi doblada la cantidad que se registró en 1950 y todavía más de 4
mil millones de seres humanos carecen de agua.
A
todo ello debemos agregar el efecto que ha tenido el acelerado crecimiento
poblacional, que alcanza en el presente año a más de seis mil millones de
personas que demandan espacio, comida y energía, con la correspondiente
generación de residuos de todo tipo, incluyendo algunos altamente contaminantes
Cada
año desaparecen miles de especies y con ellas nuevas posibilidades de cultivos
agrícolas, productos industriales o medicinas. Con la pérdida de diversidad,
aumenta la uniformidad, la dependencia de unas pocas variedades de plantas para
alimentarnos, y sobre todo crece la vulnerabilidad ante las pestes y las
enfermedades. La biodiversidad se pierde debido al deterioro y fragmentación de
los hábitats, a la introducción de especies, la explotación excesiva de
plantas, animales y peces, la contaminación, el cambio climático, la
agricultura y repoblaciones forestales con monocultivos de rápido crecimiento.
Un
total de 11,046 especies de plantas y animales están amenazadas, y enfrentan un
alto riesgo de extinción en el futuro cercano, en casi todo los casos como
resultado de la actividad humana. Esto incluye el 24 por ciento de las especies
de mamíferos y el 12 por ciento de las especies de aves. El número total de
especies amenazadas de animales se estima en al menos 5,435.
La
pérdida y degradación del hábitat afecta al 89 por ciento de todas las aves
amenazadas, 83 por ciento de los mamíferos, y 91 por ciento de las plantas
amenazadas que han sido evaluadas. Los hábitats con el mayor número de
mamíferos y aves amenazados son los bosques pluviales tropicales de tierras
bajas y de montaña. Los hábitats de agua dulce son sumamente vulnerables y
contienen muchas especies amenazadas de peces, reptiles, anfibios e
invertebrados.
En
los últimos 500 años, la actividad humana ha llevado a 816 especies a la
extinción en vida silvestre. El aumento del número de aves que se sabe están
extintas se debe en parte a una mejor documentación de los casos y a nuevos
conocimientos, pero desde 1800 se han extinguido 103 especies, lo cual indica
que la tasa de extinción es 50 veces mayor que la tasa natural. Muchas especies
desaparecen aún antes de ser descubiertas.
Un
estudio de Conservation International mostró que el 23,9% de los sistemas
bio-geográficos de la Tierra han sido completamente transformados por el hombre
(el 36,3% si se excluyen las superficies heladas, de roca y los desiertos), el
24,2% parcialmente y sólo quedan bien conservados el 51,9%, cifra que se reduce
a sólo el 27% si se exceptúan las superficies estériles.
Las
zonas más transformadas, sin apenas restos de la vegetación original y con
grandes pérdidas de diversidad biológica, son Europa, el Este de EE UU, China y
el Sureste asiático. América del Sur, con el 62,5%, y Oceanía, con el 62,3%,
son las dos regiones mejor conservadas y menos transformadas, mientras que
Europa es el continente que menos hábitats ha conservado, con sólo el 15,6%.
Las
zonas de Oceanía bien conservadas corresponden a los desiertos de Australia,
mientras que las regiones de América del Sur casi intactas corresponden a la
Amazonia, con bosques tropicales con una extraordinaria diversidad biológica y
algunas regiones andinas. África es la zona con más áreas parcialmente
transformadas, reflejo de una presión demográfica todavía baja, y de una
agricultura extensiva. Europa, con el 64,9%, es la región más humanizada, más
del doble que el siguiente continente, Asia, con el 29,5%.
En
cuanto a las costas, mares y océanos, el Fondo Mundial para la Naturaleza y la
Unión Mundial para la Conservación, han destacado la necesidad de medidas
urgentes para proteger de la sobreexplotación de las aguas profundas y las
criaturas que viven en ellas, debido a la exploración pesquera y petrolífera no
acogida a normas, las descargas de CO2, la biotecnología y la explotación de
hidratos gaseosos y el calor de emisiones hidrotérmicas.
Especialmente
amenazados se hallan las comunidades coralinas de todo el mundo, que han sido
dañados por pesqueros industriales de arrastre, los cambios climáticos y los
procesos de sedimentación.
El
aumento en los niveles de exploración pesquera y petrolífera también están
dañando la frágil biodiversidad de muchas zonas marinas. Al estar abierta al
acceso no regulado, alta mar se ha vuelto cada vez más susceptible a la
sobreexplotación. Por otro lado, los débiles sistemas de vigilancia y control
de muchas zonas costeras en todo el mundo, han derivado en crecientes niveles
de degradación ambiental, que hacen poco viable el retorno de sus condiciones
ambientales originales.
La
tercera parte de los ríos del mundo que permanecen relativamente intactos será
destruidos por la expansión de las represas y más de diez millones de personas
podrían ser desplazadas durante la próxima década.
Más
de 1,700 presas están en trámite en el mundo, principalmente en India, China y
Turquía. El continuar con estos proyectos significará que hasta diez millones
de personas serán desplazadas, miles de pequeños agricultores perderán sus
trabajos, una brecha económica en expansión favorecerá a los ricos, aumentando
los conflictos sociales respecto del agua y más especies de lo que ya sabemos
se extinguirán.
A
las consecuencias indeseables del desarrollo económico, del crecimiento
demográfico, de la desigual distribución de la renta y del consumo insostenible
de recursos, hay que añadir las causadas por las nuevas biotecnologías y el
desarrollo de la ingeniería genética, el reducido espectro de productos
agrícolas, forestales y pesqueros comercializados, y las políticas económicas
que no atribuyen su debido valor a los recursos. La mayor parte del germoplasma
de las especies y variedades agrícolas y ganaderas puede llegar a desaparecer.
Las
especies inventariadas oscilan en 1.750.000, pero algunos autores señalan que
probablemente superen los 111 millones de especies, aunque la cifra media hoy
se estima en 13.620.000 especies, según un informe publicado por el Programa de
las Naciones Unidas en 1.995.
Entre
las especies ya descritas hay 270.000 plantas, 4.300 mamíferos, 9.700 aves,
6.300 reptiles, 4.200 anfibios, 19.000 peces, 72.000 hongos (se cree que el
número de especies debe superar el 1,5 millones), 1.085.000 artrópodos (950.000
insectos descritos, aunque el número de especies debe ser superior a 8
millones), 5.000 virus y otras 4.000 bacterias (una ínfima parte de los más de
400.000 virus y 1 millón de bacterias que se cree existen).
Los
bosques tropicales, que sólo cubren el 7 por ciento de las tierras emergidas,
albergan entre 50% y 90% del total de las especies. El promedio de extinción
era de una especie de mamíferos cada 400 años y de una especie de aves cada 200
años, pero las extinciones documentadas en los últimos 400 años indican que han
desaparecido 58 especies de mamíferos y 115 de aves.
El
90 por ciento de nuestra alimentación procede de 15 especies de plantas y 8 especies
de animales. El arroz, de acuerdo con la Organización Internacional para la
Agricultura y la Alimentación (FAO, según sus siglas en Inglés), aporta el 26%
de las calorías, el trigo el 23% y el maíz el 7%.
Información
y cifras que son, más que una advertencia, una amenaza para el ambiente y por
lo tanto para el ser humano. ¿Seremos tan responsables como para tomar las
decisiones adecuadas y conservar nuestro hogar?
Importancia del ambiente
Los
bosques, sabanas, ríos y demás ambientes naturales, albergan una inmensa
diversidad de recursos que han servido a varias generaciones para la obtención
de alimentos, medicinas, vestido, energía y vivienda.
La
mayoría de los productos farmacéuticos comercializados son de origen silvestre.
Asimismo, dependemos en gran medida de la naturaleza para alimentarnos.
Muchos
de los tejidos más cotizados en la industria del vestido provienen de la
naturaleza. El lino, por ejemplo, se obtiene de una planta herbácea que lleva
el mismo nombre. De igual importancia figuran el algodón, la lana y la seda.
La
naturaleza es asimismo una fuente extraordinaria de energía. El viento y el
agua, por su parte, son capaces de generar la electricidad necesaria para
surtir grandes ciudades y soportar sus procesos de desarrollo. De igual importancia
ha sido el consumo de la leña.
La
vida silvestre también es inmensamente valiosa como fuente de material
genético. Los cultivadores recurren continuamente a la naturaleza en el estado
silvestre para obtener nuevos genes que darán a sus cepas mayor resistencia
ante los cambios climáticos y las plagas, o les permitirán satisfacer la nueva
demanda del mercado.
La
naturaleza constituye obras de infraestructura a un precio infinitamente
inferior al que cobraría cualquier empresa de ingeniería. Por ejemplo, los
manglares proveen a las comunidades costeras, protección contra el oleaje y el
viento, estabilizan sedimentos para prevenir la erosión y sirven de criaderos
para especies de peces con alto valor comercial aguas afuera.
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