Andy Serkis dirige 'Mowgli: La leyenda de la selva', película que ha tardado cinco años en materializarse y que ahora estrena Netflix
Cuando
en 2013 Andy Serkis firmó con Warner Bros. para dirigir su primera película,
una nueva adaptación de El libro de la selva, no
podía sospechar todos los tumbos que iba a dar el proyecto. La producción se
retrasó tanto que Serkis acabaría debutando tras la cámara en 2017 con Una razón para vivir, Disney lanzó en 2016 otra película con actores reales sobre el mismo
tema, dirigida por Jon Favreau, que reventó las taquillas y, como remate,
en el último momento Warner decidió vender el largometraje a Netflix.
Sentado
en el hotel de Londres donde recibe a EL PAÍS, todas aquellas dificultades le
parecen ya lejanas a Serkis, que el viernes 7 de diciembre por fin verá
estrenada Mowgli: La leyenda de la selva, en la plataforma
de streaming. "Sí, ha sido un viaje muy muy
largo", comenta. "En realidad, el proceso creativo fue gozoso:
trabajar con los mejores actores del planeta, con un gran equipo de efectos
visuales... Sabía que la otra versión no se iba a cruzar con la nuestra, porque
nosotros vamos a la fuente, a Rudyard Kipling, y la de Disney era más una
adaptación del filme animado de 1967. Pero el éxito de esa otra película hizo
que a Warner Bros. le entrara ligeramente el pánico", añade.
En
su visión de la historia, ambientada en la India colonial, el oso Baloo no es
entrañable ni los animalillos canturrean por la selva. El argumento es menos
infantil y más descarnado, y la acción gravita en torno al viaje emocional del
protagonista, que pasa de ser criado por una manada de lobos a intentar
encontrar su lugar entre los humanos. "Nuestra trama se centra en Mowgli,
un joven huérfano que se siente 'el otro', y busca su camino entre dos mundos.
Eso aún no se había contado", señala Serkis.
El
cineasta descubrió a su Mowgli enseguida; el estadounidense Rohan Chand fue el
tercer actor que probó: "Solo tenía 10 años cuando hicimos la primera
prueba por Skype y me pareció un niño brillante. Entendía muy bien a
Kipling". Chand ya ha cumplido los 14 y también ha acudido a Londres promocionando
un largometraje que le exigió un duro entrenamiento físico y de agilidad para
correr como un lobo. "También fui a un centro de conservación de lobos
para observarlos, e incorporar sus movimientos a Mowgli", precisa. Ante
los críticos y espectadores sorprendidos por el tono oscuro de la película, él
matiza: "Más que oscuro, yo prefiero profundo. Algunos dicen que el filme
da miedo, pero al fin y al cabo trata de un niño luchando por sobrevivir en la
jungla".
Los
animales hablan y cobran vida gracias a la captura de movimiento, una técnica en la que Serkis se ha
doctorado cum laude gracias a personajes como Gollum, King Kong o
César, de El planeta de los simios. Sin embargo, muchos
actores de este reparto cuajado de estrellas (Christian Bale es la pantera
Bagheera, Cate Blanchett es la serpiente Kaa, Benedict Cumberbatch es el sádico
tigre Shere Khan y el propio Serkis es Baloo), la experimentaban por vez primera.
"Me decían, 'Andy, tienes que guiarnos, ¿cuál es el secreto?' —recuerda
él—. No lo hay; la captura de movimiento no es una manera de actuar, sino una
tecnología que permite antropomorfizar cualquier cosa partiendo de la
interpretación".
Rohan
Chand ve a Mowgli como alguien con quien los chavales de su edad pueden
identificarse: "Ante la presión que sienten muchos adolescentes por hacer
ciertas cosas, o tener un aspecto determinado —y más ahora con las redes
sociales—, la película manda el mensaje de que puedes ser fiel a ti mismo sin
tener que encajar necesariamente en un grupo". Serkis también opina que
hay aspectos de esta historia extrapolables a la actualidad mundial. "Por
ejemplo, cuando Mowgli acaba en una jaula donde otros niños le tiran piedras
porque le tienen miedo, eso puede relacionarse con el Brexit y el aumento del
populismo y los delitos de odio. La literatura clásica tiene esa
longevidad".
EN CINES Y TABLETAS
Aunque Mowgli fue
concebida y desarrollada para ser disfrutada en pantalla grande ("la
versión en 3D es realmente buena", asegura Serkis), una vez asimilada la
adquisición por parte de Netflix, el director cree que es una situación en la
que todos ganan: "Siempre me pareció una película muy internacional, y
ahora se va a ver en 190 países, y también se va a estrenar en salas"
(lleva unos días proyectándose en cines de Londres, Nueva York, Los Ángeles y
San Francisco). En su opinión, la venta a Netflix por parte de Warner Bros. de
una producción "tan grande y cara" podría suponer un punto de
inflexión en el tira y afloja que la industria mantiene con la plataforma
de streaming. "Además, así es como mi
generación consume contenido", añade Rohan Chand.
Rohan Chand, Mowgli en la película dirigida por Andy Serkis.
Londres 6 DIC 2018 - 20:06 CET
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