La Organización
Meteorológica Mundial advierte de que la concentración de dióxido de carbono es
la más alta desde hace tres millones de años
La humanidad suma
otra página para la crónica del desastre: la concentración en la atmósfera
de los principales gases de efecto invernadero —dióxido
de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)— marcó un nuevo récord durante 2018. La Organización
Meteorológica Mundial (OMM) ha recordado este lunes que en
el caso del CO2, el principal de estos gases
responsables del calentamiento global, hay que retroceder al menos tres
millones de años para encontrar una concentración tan grande en la atmósfera. Y
en aquel momento —en el que ni siquiera existía el ser humano—, la temperatura
era entre dos y tres grados más cálida que ahora y el nivel del mar entre 10 y
20 metros mayor, ha advertido la organización. La OMM,
un ente dependiente de la Naciones Unidas, ha presentado este lunes su boletín
anual de concentración de gases de efecto invernadero, el decimoquinto que
realiza.
Estos gases siempre
han estado presentes en la atmósfera terrestre e impiden que parte del calor
que desprende la Tierra tras ser calentada por el Sol se pierda en el espacio.
Gracias a ellos el planeta tiene una temperatura agradable que lo hace
habitable para el hombre. Pero el equilibrio que ha existido durante miles de
años se ha roto y la OMM tiene claro el responsable: "Hay múltiples
indicios de que el aumento de los niveles atmosféricos de CO2 está relacionado con la quema de combustibles
fósiles", es decir, con el empleo por parte del ser
humano del carbón, el gas natural y el
petróleo.
La utilización de
esos combustibles fósiles se disparó a partir de la Revolución Industrial y,
con ello, las emisiones de gases de efecto invernadero. En el caso del CO2, la concentración alcanzó en 2018 las 407,8 partes
por millón (ppm), lo que supone casi un 47% más que el nivel preindustrial (en
1750, cuando la concentración era de 278 ppm). El metano atmosférico alcanzó
las 1.869 partes por mil millones (ppb) en 2018, casi un 159% más que el nivel
preindustrial. Y en el caso del óxido nitroso su concentración atmosférica fue
de 331,1 ppb, un 23% más que en 1750. Estos son los resultados de las más de
100 estaciones de medición repartidas por el planeta que sirven para elaborar
el boletín de esta organización.
Concentración de CO2 en la atmósfera
407,8
369,5
344,3
+18,4%
1984
2000
2018
Fuente: Organización Meteorológica
Mundial.
EL PAÍS
Crecimiento
acelerado
"El problema
no es solo que la concentración vuelva a aumentar, sino que en los últimos años
se ha acelerado y cada vez sube a más ritmo", dice Emilio Cuevas, director
del Observatorio de Izaña (Tenerife), uno de esos más de 100 puntos que emplea
la OMM. El crecimiento anual registrado en 2018 supera al promedio de la década
anterior.
La Organización Meteorológica Mundial ha resaltado que
este incremento continuo de la concentración de gases de efecto invernadero en
la atmósfera implicará que las generaciones futuras "se enfrentarán a
impactos cada vez más graves del cambio climático", como el aumento de las
temperaturas, los eventos extremos, el estrés hídrico, el aumento del nivel del
mar y la pérdida de ecosistemas marinos y terrestres. Paralelamente a ese
aumento de los gases en la atmósfera, el planeta encadena récords de
temperaturas. 2018 fue el cuarto año más cálido registrado desde que hay mediciones
fiables, que arrancan en 1850. Los otros tres son 2015, 2016, 2017 y el año
2019 que está a punto de terminar también va a estar entre los más cálidos.
Concentración de metano atmosférico
1.869
1.782
1.654
+13%
1984
2000
2018
Fuente: Organización Meteorológica
Mundial.
EL PAÍS
Las mediciones
directas de la concentración de estos gases arrancan en los años ochenta del
siglo pasado, explica Cuevas. Entonces, ¿cómo es posible que la OMM hable de
una concentración sin igual desde hace tres millones de años? Uno de los
sistemas indirectos que emplea la paleoclimatología, detalla Cuevas, es "a
través de las burbujas de aire que quedan atrapadas en el hielo". "El
análisis del hielo llega hasta los 800.000 años", añade José Manuel Moreno,
catedrático de Ecología y miembro del IPCC, el panel de expertos científicos
que asesoran en materia de cambio climático de la ONU. Para ir más atrás en la
concentración de dióxido de carbono se emplean otros marcadores indirectos,
como conchas grandes y sedimentos marinos.
Mientras la
concentración de estos gases aumenta en la atmósfera, las proyecciones de
evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero no son buenas:
"No hay señales de una desaceleración, y mucho menos una disminución, de
la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera a pesar de
todos los compromisos contraídos con el Acuerdo de París sobre
el cambio climático", ha apuntado a través de un comunicado el
secretario general de la OMM, Petteri Taalas. De hecho, los planes que tienen
sobre la mesa los países firmantes de ese pacto apuntan a que el techo de
emisiones en el mundo no se alcanzará hasta 2030. Por eso Taalas, como hacen
los responsables de la ONU habitualmente, ha pedido que aumente la
"ambición" de los Estados.
Concentración de óxido nitroso
331,1
315,7
303,9
+8,9%
1984
2000
2018
Fuente: Organización Meteorológica
Mundial.
EL PAÍS
"No basta, por
ejemplo, con que solo la Unión Europea reduzca sus emisiones", señala
Cuevas. Los gases no entienden de fronteras, "da igual dónde se
emitan". De hecho, apunta este especialista, las concentraciones que ellos
detectan en el Observatorio de Izaña son prácticamente idénticas a las que se
registran, por ejemplo, a 13.000 kilómetros de distancia en el Observatorio de
Mauna Loa, ubicado en Hawái. Sus mediciones, incluidas en el boletín de la OMM,
son las que emplean las principales agencias científicas de Estados Unidos.
Cumbre del clima de
Madrid
El Acuerdo de París
establece que, al no ser suficientes los
planes de recorte de los países para evitar que las emisiones sigan creciendo,
los Estados deben revisarlos al alza. La primera revisión se debe acometer
durante el próximo año. Y en la cumbre del clima que se
celebra en Madrid dentro de una semana, la conocida como COP25, se espera que más países se comprometan a
hacerlo.
De momento, Chile
—que tiene la presidencia de esta COP25, aunque ha tenido que renunciar a que
se celebre en Santiago por las protestas sociales— ha conseguido que 68 países
(entre ellos España) se comprometan a revisar al alza sus planes de recorte.
La ONU espera que en la cumbre de Madrid se sumen más Estados.
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