jueves, 14 de noviembre de 2019

La Barbarie del Gas en Venezuela - Julio César Centeno



El metano es un gas 30 veces más peligroso que el CO2. Las emisiones de metano de Venezuela reportadas ante la ONU constituyen la confesión de un crimen social, pues sus gigantescos desperdicios (12.000 millones de m3 anuales) contrastan con las limitaciones a que se somete a la población para la adquisición de gas doméstico. Un crimen ecológico, pues las emisiones por habitante duplican a las de Brasil y Argentina y triplican a las de Colombia y México. Un crimen económico, pues implican el desperdicio de 5.000 millones de dólares anuales.


La Segunda Comunicación de Venezuela ante el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, presentada ante la ONU en Enero 2018, se refiere a la situación del país en el año 2010. Destaca la emisión de 5 millones de toneladas de metano (CH4) ese año, equivalentes a 150 millones de toneladas de CO2.

Es así como, en el curioso escenario que se presenta en la Segunda Comunicación para Venezuela, no sólo la contribución del metano al calentamiento global termina superando a la del CO2 (125 millones ton CO2), sino que la matriz de emisiones excluye aportes netos provenientes de la destrucción anual de 164.000 hectáreas de bosques naturales.  (EMISIONES DE CO2 POR DEFORESTACIÓN EN VENEZUELA 2019)

Según la Segunda Comunicación, las emisiones de metano representan el 52% del total de emisiones de gases de efecto invernadero, una proporción excepcionalmente superior al promedio global ese mismo año (17%), así como a la de la Unión Europea: 9%, Estados Unidos: 10%, China: 9%, Francia: 14%.

Según la Segunda Comunicación, el 70% de las emisiones de metano corresponden a emisiones fugitivas: 3,5 millones de toneladas anuales en el 2010, lo que equivale a 5.470 millones de  metros cúbicos desperdiciados cada año, con un valor de mercado de 656 millones de dólares anuales (1 ton metano = 1563 m3 a 24°C y 1 Atm. Precio promedio del gas natural 2010: $0.12/m3).

La Segunda Comunicación también se refiere a la quema anual de 2,04 millones de toneladas de gas natural en mecheros. Esto es equivalente a la quema de 3.200 millones de metros cúbicos, con un valor de 384 millones de dólares anuales. Entre las emisiones fugitivas y la quema en mecheros, Venezuela habría desperdiciado más de 1.040 millones de dólares anuales en gas natural en el 2010.

La Segunda Comunicación es un documento oficial del estado venezolano, presentado ante la ONU. Sus señalamientos sobre las emisiones de metano podría considerarse como la confesión de un crimen: el desperdicio de 1.040 millones de dólares anuales en forma de gas natural, mientras la población venezolana sufre una escasez aguda de gas doméstico. Es además una exagerada contribución al calentamiento global, muy superior a la de cualquier otro país latinoamericano medida en emisiones por habitante: duplica a las de Brasil y Argentina y triplica a las de Colombia y México.

El metano fugitivo

En la producción de gas natural se presentan fugas en diferentes etapas: en la explotación, durante el procesamiento, en las tuberías de transporte, en los sitios de almacenamiento, cuando se distribuye o cuando se utiliza. Las emisiones fugitivas de Venezuela fueron equivalentes al 7,4% de la producción, mientras que las de EUA, Canadá, Irán o Argelia fueron todas inferiores al 2%.

Debido a la diferencia en sus correspondientes pesos moleculares, cuando se consume un kilogramo de metano (CH4) se producen 2,75 kilogramos de CO2. El poder de calentamiento global de este CO2 es 2,75. Si ese mismo kilogramo de metano se emite o escapa a la atmósfera, su poder de calentamiento global a largo plazo (100 años) es equivalente a 30 kg de CO2.

En consecuencia, la huella de carbono correspondiente a la emisión directa de metano a la atmósfera es 11 veces superior a la que se genera si se quema. Desde el punto de vista del calentamiento global, es preferible evitar el metano fugitivo, aunque sea a través de su combustión en mecheros. Es evidente que la alternativa más beneficiosa es evitar las fugas.

Debido al alto valor de su poder de calentamiento global (30), las emisiones fugitivas de metano tienden a erosionar rápidamente la ventaja ambientales de plantas termoeléctricas a base de gas en relación con las que utilizan carbón o derivados del petróleo.

En Venezuela, una planta termoeléctrica a base de diesel emite en promedio 30% más CO2 por unidad de electricidad producida que una planta a base de gas cuando se considera sólo el proceso de combustión. Al incluir las emisiones durante el ciclo de vida de cada combustible, la ventaja comparativa del metano sobre el diésel se anula cuando sus emisiones fugitivas superan el 4% del gas que se consume en esa planta.

La Segunda Comunicación es un documento oficial de Venezuela presentado ante la ONU y ante el Acuerdo de París. Desafortunadamente, sus cifras carecen de referencias verificables, por lo que su confiabilidad depende sólo de la credibilidad que se le asigne. Se refiere a la quema de 2,04 millones de toneladas de gas natural en mecheros (mechurrios) en el 2010, equivalente a 3.200 millones de metros cúbicos anuales.

Tanto los informes de PDVSA como las publicaciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) incluyen estadísticas que contradicen los señalamientos de la Segunda Comunicación. Tanto en el informe anual de PDVSA 2012 como en el Boletín Estadístico de la OPEP 2013 se señala que en el 2010 el consumo de gas natural fue de 73.516 millones de metros cúbicos, y que la cantidad de gas quemado en mecheros (flaring) fue de 6.700 millones m3, el 9,1% (PDVSA 2012, OPEC Annual Statistical Bulletin 2013). Los datos oficiales de PDVSA y de la OPEP señalan que la cantidad de gas quemado en el 2010 fue el doble de lo señalado en la Segunda Comunicación. Esta y otras inexplicables discrepancias ponen en duda la credibilidad de sus señalamientos.

Entre las emisiones fugitivas y la quema en mecheros Venezuela desperdició 12.170 millones de m3 de gas en el 2010, con un valor de mercado de 1.460 millones de dólares.

Adicionalmente, tales niveles de emisiones fugitivas (7,4%) y de quema en mecheros (9,1%) convierten a las termoeléctricas basadas en gas en generadoras de emisiones de CO2 por unidad de electricidad producida superiores a las que utilizan diésel o fueloil.

El consumo de gas natural en Venezuela alcanzó los 73.516 millones de metros cúbicos en el 2010, de los que 2.000 millones m3 fueron importados desde Colombia a través del gasoducto bidireccional Antonio Ricaurte. Venezuela importó gas proveniente Colombia desde el 2007 hasta Mayo del 2014.

El precio del gas importado desde Colombia se encontraba indexado al del mercado en el terminal Henry Hub de Louisiana, EUA. En el 2010 promedió US$ US$ 0.12/m3. La importación de gas desde Colombia le costó al país 240 millones de dólares anuales.

En la generación de termo-electricidad se consumieron 40 millones de barriles de diésel y fueloil y 4.436 millones de m3 de gas. Tanto el consumo de gas como el de derivados de petróleo en las centrales termoeléctricas se realiza bajo subsidios, a precios por debajo de los costos de producción: 0,15 Bs/m3 (0.02$/m3; Gaceta Oficial 38386 del 23/02/2006; Gaceta Oficial 38401 del 20/03/2006; tasa de cambo: 6,3 Bs/$).

La sustitución del diésel/fueloil por gas no sólo podría reducir las emisiones de CO2, sino liberaría unos 40 millones anuales de barriles de diésel y fueloil que podrían ser exportados. En el 2010 tales exportaciones habrían superado los 3.200 millones de dólares, calculados entonces a $80/barril. Para realizar esta sustitución se habrían requerido 5.400 millones de m3 adicionales de gas, el 45% de lo que se desperdicia entre emisiones fugitivas y la quema en mecheros (12.000 millones m3).


Las pérdidas económicas pueden resumirse de la siguiente manera:

Emisiones fugitivas: 3,5 millones de toneladas anuales en el 2010, equivalente a 5.470 millones de  metros cúbicos de metano, con un valor de mercado de  656 millones de dólares.

Quema de 6.700 millones de metros cúbicos de gas natural en el 2010, con un valor de 804 millones de dólares anuales.

Importaciones de gas desde Colombia 2010: 240 millones de dólares anuales.

Sustitución de diesel por gas en centrales termo-eléctricas: 3.200 millones de dólares en el 2010 (ingreso por exportación que se hubiese derivado de dicha sustitución)

Total: 4.900 millones de dólares anuales (2010).

En resumen, las emisiones de metano de Venezuela reportadas ante la ONU en el 2018 constituyen la confesión de un crimen social, pues los gigantescos desperdicios (12.000 millones de m3 anuales) contrastan con las limitaciones a que se somete a la población para la adquisición de gas doméstico. Un crimen ecológico, pues las emisiones por habitante duplican a las de Brasil y Argentina y triplican a las de Colombia y México. Un crimen económico, pues implican el desperdicio de 5.000 millones de dólares anuales.

Escenario alternativo

Como alternativa a la situación descrita conviene incorporar a la estrategia nacional ante el cambio climático los siguientes objetivos:

Limitar las emisiones fugitivas de gas natural a un máximo de 5% para el 2025 y 2% para el 2030

Limitar la quema en mecheros a un máximo de 5% para el 2025 y 2% para el 2030

Sustituir progresivamente el uso de diésel y fueloil en las centrales termoeléctricas por gas natural hasta alcanzar una sustitución total para el 2030. Esta sustitución puede realizarse con los ahorros de gas que se desprenden de los objetivos anteriores.

Informe completo con gráficos y tablas en este enlace:


Julio César Centeno
Jc-centeno@outlook.com
Octubre 2019

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