martes, 27 de febrero de 2018

México impone la mayor protección ambiental de su historia en el archipiélago de Revillagigedo - Sonia Corona

El conjunto de islas, en las costas mexicanas del océano Pacífico, es el Parque Nacional Marino más grande de América del Norte

Un universo de vida marina ha quedado protegido en México. El archipiélago de Revillagigedo ha sido declarado este viernes Parque Nacional Marino y se ha convertido en la región más extensa en América del Norte —148.087 kilómetros cuadrados— donde estará prohibida la pesca. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha firmado la declaratoria en la residencia presidencial de Los Pinos y con este paso ha sumado una contribución para la mitigación del cambio climático.


El archipiélago de Revillagigedo está formado por cuatro islas —Clarión, Socorro, San Benedicto y Roca Partida— que se encuentran a 800 kilómetros del puerto de Manzanillo (Estado de Colima). Este es el punto marítimo más lejano de México en el océano Pacífico. Allí miles de especies marinas han encontrado refugio para crecer, pero las actividades pesqueras todavía han interferido con su crecimiento. “Revillagigedo muestra ser un área en donde todavía observamos grandes cardúmenes de especies como el tiburón, meros, jureles, atunes, que representa un reservorio de vida marina que nutre al resto del Pacífico. La intención de prohibir la pesca es ponerle un candado para el futuro”, explica María José Villanueva, directora de conservación del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés)

La prohibición de actividades pesqueras permitirá el desarrollo de la fauna y flora de la región, algo que diversos científicos han señalado puede contribuir a la lucha contra el cambio climático. Maximiliano Bello, portavoz del proyecto Legado para los Océanos de la Fundación Barterelli del Pew Charitable Trusts, señala que al protegerse a una zona tan extensa, las especies marinas tendrán un lugar donde enfrentar y resistir los cambios. “En el seno de las discusiones sobre cambio climático, hay cada vez más acuerdo de que estas áreas deber de ser incluidas en la mitigación. Sabemos que la temperatura de la tierra es absorbida en la mayor parte por el mar, el mar fija la mayor cantidad de carbono del planeta, y por lo tanto un ambiente como ese absorbiendo todo ese carbono contribuye”, apunta.

En julio de 2016, la Unesco incluyó en la lista del Patrimonio de la Humanidad a este archipiélago. En sus islas anidan aves marinas endémicas y hay presencia de cuatro especies de tortugas marinas en peligro de extinción. Además, en sus aguas hay una importante población de tiburones y mantarrayas gigantes. La región también alberga la reproducción de la ballena jorobada, así como de otros mamíferos marinos. En ese punto tan lejano, al que se llega en un poco más de 24 horas abordo de una embarcación, solo hay presencia de una pequeña base de la Marina mexicana. Rara vez llegan algunos pescadores a un punto tan lejano y solamente quienes cuentan con los recursos económicos acuden a hacer turismo marítimo. Las organizaciones civiles han pedido al Gobierno mexicano reforzar la vigilancia para conseguir los objetivos de la excepcional protección. “México no tenía hasta ahora una zona protegida con no pesca, todas las áreas protegidas que existen permiten algún grado de pesca”, señala Bello.

La declaratoria para Revillagigedo completa un corredor protegido en las costas del Pacífico Americano que comienza en las islas Galápagos (Ecuador), continúa en la isla Malpelo (Colombia) y en las islas Cocos (Costa Rica), para completar con el atolón Clipperton (Francia) y el archipiélago mexicano. “Revillagigedo sería un eslabón clave en esta cadena de islas”, asegura Villanueva. La protección de este conjunto, apuntan los expertos, servirá para mantener la migración de las especies y la prolongación de su vida. El estatus de Parque Nacional permite el desarrollo de actividades de investigación marítima, así como turismo controlado en las partes acuáticas del archipiélago.

El Gobierno mexicano deberá poner especial atención en la vigilancia de las embarcaciones pesqueras que buscan atún en la región. La Marina mexicana instalará dos estaciones navales y añadirá seis embarcaciones para la vigilancia del nuevo Parque Nacional. A pesar de la resistencia de algunos grupos, los expertos aseguran que la protección de la zona beneficiará económicamente a algunos sectores productivos que desarrollan sus actividades en otras partes del Pacífico mexicano. “Los atunes al tener estas zonas de exclusividad crecen a tallas más grandes y peces más grandes producen más y mejores huevos”, expone Villanueva.

México 24 NOV 2017 - 21:28 CET EL PAIS


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